Los pobres de la ciudad y el campo son los más golpeados por
la crisis: según el IEP, el 78% de peruanos ha sido afectado en su
alimentación; en los niveles socioeconómicos D/E el 87% ha tenido menos comida,
un 85% perdió calidad en sus alimentos y un 55% no tuvo qué comer en algún
momento. Además, más de 2 millones de agricultores aún no reciben ayuda económica,
poniéndose en peligro la próxima campaña agrícola, afectando así la seguridad
alimentaria de nuestro país.
A nivel nacional el 12% carece del servicio de agua y el 28%
lo tiene solo por horas; exponiéndose a millones de compatriotas a contraer más
fácilmente el coronavirus dadas las limitaciones para lavarse las manos con
agua y jabón, siendo prioritario garantizar la alimentación y la salud pública
y combatir también el dengue, la anemia y la desnutrición.
Resulta esencial avanzar en la reconstrucción del sistema de
salud pública, sin someterse a los intereses de monopolios/oligopolios privados
(boticas, oxígeno medicinal, clínicas, etc.); facilitado porque organismos como
SUSALUD e INDECOPI, al igual que OSIPTEL (telefonía) y OSINERGMIN (energía)
están pintados en la pared, callando en momentos decisivos y sirviendo a los
intereses de la KONFIEP. Lo ocurrido en las clínicas privadas (conocidas por
sacar “un ojo de la cara”) linda con lo delincuencial y el Gobierno con ellas
no se mete sino se somete: deben ser sancionadas y devolver el dinero que no
debieron cobrar.
El estudio efectuado por el IEP constata que el 31%
(sectores D/E y el campo) no tiene acceso a Internet, excluyéndosele de la
educación virtual y el teletrabajo, acentuando la desigualdad; motivo por el
cual urge invertir en fibra óptica y en el acceso a las TICs; considerando que
lo digital es cada vez más importante.
Asimismo, el Gobierno debe tomar la decisión de entregar un
Ingreso Básico Universal durante un periodo mínimo de tres meses; y cambiar la
prioridad del Programa “Reactiva Perú”, enfatizando en la micro y pequeña
empresa, contribuyendo a reactivar la economía con trabajo para la gente.
Simultáneamente, persistir en la lucha anticorrupción, con participación y
vigilancia ciudadana. Así haremos Patria, que es opuesto al entreguismo.
Recordemos, con Eduardo Galeano: “mucha gente pequeña, en
lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”.
¡Atrevámonos!
Por Roberto Rodríguez Rabanal
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