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domingo, 27 de diciembre de 2020

El reto de Verónika: unir a la izquierda y al progresismo


Verónika Mendoza. Un porcentaje significativo, 38%, se identifica de izquierda en el Perú rural contra 26% en Lima metropolitana. Foto: Jorge Cerdán / La República

Candidata de Juntos por el Perú. Analistas destacan entre sus fortalezas su juventud, su conexión con sectores populares y aceptación en provincias. Y señalan como debilidades el desconocimiento de JP y la posición ante el chavismo.

La candidatura de Verónika Mendoza, de Juntos por el Perú (JP), se ve favorecida por su juventud, por ser la postulante más representativa de la izquierda y porque podría convocar al progresismo en momentos en que el país se ha polarizado, coinciden los analistas consultados.

En la última encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), Mendoza aparece en segundo lugar en intención de voto, con 9,1%, superada por George Forsyth, con 14.7%, y empatada con Julio Guzmán.

“Es la candidata mas importante de la izquierda porque (Marco) Arana se ha desdibujado y (Pedro) Castillo no aparece... Y en la izquierda la idea de unidad es fuerte, si no la hay, es la candidata más destacada la que hace la unidad en la práctica”, opina el sociólogo Sinesio López.

La importancia de liderar al izquierdismo puede entenderse mejor si se advierte que en la encuesta del IEP hay una consulta sobre “Autoidentificación ideológica”. En este rubro, el sondeo indica que en un año aumentó el porcentaje de quienes se perciben de izquierda y de derecha (crecieron 10% y 9%, respectivamente). En cambio, menos gente se declara de centro (cae 6%).

Un porcentaje significativo, 38%, se identifica de izquierda en el Perú rural contra 26% en Lima metropolitana. En lo que se refiere a macrozonas, el izquierdismo igual ha crecido, de manera más pronunciada, en la zona centro (de 15% en noviembre del 2019 a 35% en diciembre del 2020) y sur (de 23% en noviembre de 2019 a 36% en diciembre de 2020).

La identificación es con la izquierda, no exactamente con Mendoza y JP, pero es difícil de creer que se identifiquen con el Frente Amplio, muy golpeado por las recientes acciones de su bancada en el Congreso y la crisis interna.

Puntos a favor

Para el analista político Fernando Tuesta, “es una mujer que en la oferta electoral genera una intención de voto mejor que los otros grupos de izquierda”.

Observa que tiene fácil empatía, sobre todo con los sectores populares. “Es una mujer que habla sencillo, llega con facilidad, sabe quechua y trata de ubicarse distante a las clases políticas más capitalinas”.

Tuesta destaca que las últimas encuestas dan varios datos: Mendoza está más presente en provincias que en Lima, en sector rurales más que en urbanos, ligeramente más en el área mujer que hombre. “Y en sectores jóvenes, pero también en el grupo etario de mayor edad”.

El politólogo Juan De la Puente estima que Mendoza presenta una candidatura que moviliza el cambio progresista, una de las opciones en alza debido a la crisis combinada de salud, economía y representación. “Es la única que propone un programa de igualdad, uno de cuyos ejes es la segunda reforma agraria, que la lleva a liderar la intención de voto en el Perú rural. Es también una candidatura feminista, un desafío al Perú conservador”.

Y agrega: “Su campaña recoge en parte su éxito del 2016, es decir, su característica mestiza y provinciana, una baza crucial en un país donde desde hace 30 años se vota casi siempre contra el poder, y su relación con la juventud. Es, en suma, la candidata de una izquierda más social y comunitaria que partidaria”.

El investigador de la U. Ruiz de Montoya Alonso Cárdenas indica que Mendoza “puede ser percibida como el recambio que tanto necesita la clase política peruana. Además, ha mantenido un discurso coherente, de defensa de los derechos humanos, el medio ambiente, los trabajadores, la población vulnerable y el cambio de modelo económico. Elementos que la pandemia ha dejado en evidencia como urgentes, lo que le está sumando adeptos”.

Puntos en contra

Cárdenas señala que, entre lo negativo de Mendoza, existe la percepción de que ha sido tibia en el deslinde con el régimen de Maduro. Y añade que “al no ser capaz de tener un partido propio utiliza a JP como un vientre de alquiler”. Cree que su cercanía con Nadine “puede manchar su discurso anticorrupción”.

Según De la Puente es un acierto que haya puesto sobre la mesa la cuestión constituyente, pero su debilidad en este punto “es la correlación de la política macro con expectativas de corto plazo (empleo, ingresos y salud), lo que le permitiría disputar un parte del centro político y crecer en votos y credibilidad”.

Otro riesgo es que la campaña nacional “sea retaceada por las pequeñas campañas personales al Congreso que cambian el foco del debate, como sucedió con la reciente guerra electoral con los morados”.

Tuesta añade, entre lo negativo, que VM fue candidata de otro partido que se dividió, lo que “es el talón de Aquiles de la propia izquierda”. Y apunta otro aspecto: “Es más conocida que Juntos por el Perú. Y si lo que se debe marcar es el símbolo, es una tarea relacionar símbolo, el nombre de JP y a ella misma”.

Otra de las debilidades de la agrupación que la cobija, dice Tuesta, es buscar contradicciones no al frente de sus posiciones, es decir, en la derecha, sino en el centro o centro izquierda. “Me refiero a las últimas polémicas con los morados. Eso los reduce a ambos, los pone en una posición de vulnerabilidad”.

“Ella puede arrastrar a la unidad”

Sinesio López, sociólogo

Una de sus virtudes es ella misma, como candidata. Es joven, carismática, tiene llegada con todos los sectores, se puede comunicar fácilmente con el mundo popular, además habla quechua, tiene personalidad.

Otra ventaja es que prácticamente es la candidata más importante de la izquierda, puede arrastrar a la unidad, y esto no es un mito: cuando la izquierda ha ido junta tuvo buena votación, dividida le ha ido muy mal. Le ocurre a todos los partidos, la fragmentación daña la representación.

Entre sus debilidades creo que si bien ha logrado configurar una definición sobre los temas de la democracia, sobre Venezuela, que siempre la derecha lo usa para desdibujar cualquier posición de izquierda, eso mismo no ocurre con todos quienes la siguen y eso entonces puede generar una ambigüedad, puede ser un punto de fricción.

También tendrá problemas con los medios, sobre todo la prensa concentrada, porque para ellos significa un peligro, más que otros candidatos. Por eso cualquier tensión o contradicción será usada en su contra.

Su candidatura se ubica en un momento donde hay una polarización social relativamente fuerte. Y la polarización social abre espacio a la polarización política y tiende a desdibujar el centro, lo debilita. En cambio, cuando no hay polarización el centro se abulta y los polos aparecen muy débiles.

Por Carlos Paucar 

jueves, 26 de noviembre de 2020

TE FUISTE “PELUSA”

Me corrijo. No te fuiste. Te llevaron, cuando aún no querías mudar de predio. Tu última gambeta no salió bien, por primera vez no salió bien. También la muerte, al parecer, tiene sus propias gambetas o una muralla defensiva que tu dribling diabólico o divino no pudo sortear.

No me importa si, como dicen los comentaristas enterados, fuiste el mejor pelotero del Mundo. Lo que sé, y de sobra, es que fuiste el mejor futbolista humano de todos los futbolistas humanos. Todo en tí era fútbol. Eras algo así como el fútbol hecho hombre, hecho Diego, hecho Maradona, hecho “Pelusa”. Jugabas con todo el cuerpo y con todo el espíritu, hasta con “la mano de Dios” para darle un título mundial a la albiceleste, como revancha sublimada por la afrenta en Las Malvinas perpetrada por la Rubia Albión, o como dice bien, Augustín Louis Marie de Ximenés, “La Pérfida Albión”.

El fútbol no parecía ser una profesión para ti, más bien una diversión. Más que formalidad, disciplina rigurosa, seriedad, era una forma de vivir con alegría y desenfado compartiéndola con todos, especialmente con aquéllos a los que la alegría les es escasa por los rigores que la vida impone, o mejor, que algunos imponen para vivir la vida que a otros les es negada. No era tu fútbol para amasar millones, que te llegaron y se fueron como vinieron. Ni tú mismo sabes, de seguro, dónde ni cómo se fueron.

Niño terrible metido al fútbol con amor primero y último. Pletórico de travesuras y rabietas adorables y otras reprochables. Irreverente con todo y con todos. Enemigo jurado de las mafias empezando con la mismísima vetusta y comercial FIFA. Desbordante en tus amores a tus querencias argentinas, a tus hijos, a tus amigos (que no pocas veces te jugaron sucio). Desbordante también en tus aversiones, un lengua larga de polendas y un Chato, ya gordo en la madurez, dispuesto a la rebeldía, a la controversia y a la bronca. Lo gris y lo oscuro de la vida te sembraron redes en las que enredaste a veces más de lo que nosotros hubiéramos querido y, posiblemente, más de lo que tú mismo quisiste.
   

Diego, Dieguito, la pelota se ha quedado viuda. Te habías desposado con ella “hasta que la muerte nos separe”, para los buenos y los malos tiempos y le guardaste absoluta fidelidad, más que a tu otra vida sentimental.

La pelota es también hoy huérfana. La tratabas cual padre amantísimo. La acariciabas, la protegías, la escondías, la paseabas de un lado a otro, la besabas con el cuerpo y con el espíritu. La amabas y, por cierto, igual le dabas cabezazos y patadas para guardarla en las mallas del arco contrario.

Disculpa “Pelusa” que te lo diga. Pero, aunque no lo supieras, fuimos parientes. Parientes en la vida de los pobres, humildes y marginados. Parientes en la rebeldía que levanta el grito y el puño para que la justicia social y la democracia al f in lleguen a la mayoría de las vidas. Parientes en la imagen y en la lucha de Fidel y la Revolución Cubana que son lumbre para el fuego y la luz de los caminos para América Latina.

En fin, fuiste zurdo con el pie y de izquierda con la cabeza. Quizá, digo, es un decir, la unión de tu zurda física y tu izquierda mental, es la que le dio a tu fútbol sus maravillas, sus alegrías, le dio pueblo.

 Diego, creo que es obligado recordar a Carlitos Gardel y cantar con él:

 

Adiós muchachos compañeros de mi vida, barra querida de aquellos tiempos,

me toca a hoy emprender la retirada,

debo alejarme de la buena muchachada. Adiós amigos ya me voy y me resigno, contra el destino nadie la talla,

se terminaron para todas las farras, mi cuerpo enfermo no resiste más.

 

No por qué hablo de ti en pasado. Los que te amaron y amaron tu fútbol no permitirán tu ausencia.

Por Rolando Breña Pantoja


miércoles, 11 de noviembre de 2020

¿QUÉ HACER AHORA?, UNIDAD Y ORGANIZACÓN

Nos viene a la mente esta interrogante luego que Martín Vizcarra fue dado de baja por los grupos de poder, por miedo (principalmente) a perder sus privilegios, ya que no tienen un candidato o candidata potable para estas elecciones en marcha; además, se han alineado a la presión de las mafias congresales desesperadas, aquello ha derivado en su vacancia. Son estas mafias las que están ahora alineadas con los grupos de poder quienes asumirán la dirección del gobierno y el Estado.

Son mafias, porque así nos indica su accionar y los procesos judiciales que tienen algunos partidos cascarones en curso. Son lo más reaccionario y lumpen de la política nacional por sus procesos relacionados con los Cuellos blancos, el Club de la construcción, Odebrecht y vínculos en proceso de investigación por lavado de activos del narcotráfico.

Sin duda los riesgos para nuestro país son muchos: desde la modificación del proceso electoral, el manejo del presupuesto nacional en plena campaña, el desfinanciamiento de la procuraduría, colocación de sus alfiles en puestos claves y demás.

Las movilizaciones en casi todo el país en rechazo a Manuel Merino como Presidente de la República es una muestra del rechazo que necesita ser canalizado y organizado. Que la indignación se convierta en una herramienta para la organización social y política, pues esta indignación se encuentra contenida por años de frustración y desidia.

El escenario todavía sigue siendo pelea de derecha – derecha, ya que igual parece no haber forma de poner temas claves para los de abajo como: Bono universal, mayor presupuesto para salud y educación, reforma de las AFPs y ONP, acceso a vivienda, independencia alimentaria con un necesario apoyo a la agricultura, la lucha contra la violencia hacia la mujer y la equidad de género, desarrollo de la industria y la tecnología nacional, lucha real contra las mafias y corrupción, entre otros. Por eso se vuelve imperativo su estructuración abierta y masiva.

Además, las fuerzas del cambio estamos divididas por el tema electoral, pero tenemos en frente una oportunidad de luchar en unidad por regeneración moral y cambios profundos. Nuestro mensaje es unidad de acción buscando elevar el nivel político y de conciencia de nuestra gente.

En las calles, en las redes, en todos lados la ciudadanía se sigue preguntando ¿qué podemos hacer ahora? La experiencia histórica y, la última de nuestros países vecinos, pone como tema clave y determinante: La organización.

Si recordamos en años recientes las luchas juveniles contra la Ley Pulpín, esta podría replicarse a escala mayor con estudiantes, colegios profesionales, sindicatos, organizaciones vecinales, rondas campesinas y todas y todos los que quieran sumarse a la verdadera lucha. Por eso el mensaje de hoy es llamar a la resistencia ciudadana y popular.

Las acciones claves son identificar una agenda común, la auto convocatoria de asambleas distritales, sectoriales (virtuales y directas) y así, desde abajo, empezar a discutir los temas transversales, de interés común y volver aprender el valor de la organización.

Finalmente, con espíritu abierto, ánimo constructivo, amplitud de miras, inclusivo con todas y todos, iniciemos el camino de la transformación de nuestra patria, con un proyecto nacional de desarrollo, una Nueva Constitución y la refundación de la República.

Por Luis Oliva Antezana

 

domingo, 1 de noviembre de 2020

BOLIVIA, CHILE Y PERÚ

¿De modo que nuestros hermanos me­nores, a quienes miramos con habitual desdén, nos dieron una lección de decencia y eligieron al candidato del MAS? ¿O sea que los bolivianos, hermanos del Alto Perú que Bolívar desgajó de nuestra espesa jurisdicción, no se dejaron ame­drentar por la gran prensa y los agentes de la CIA residentes en Santa Cruz y eligieron al sucesor de Evo Morales? ¡Qué notición! ¡Y qué manera de callar la de la prensa peruana! ¡Cuánto miedo entre sus escribidores a tanto el media training!

Y cuando uno estaba degustando todavía lo de Bolivia, saboreando la cuchipanda aimara, viene o lo de Chile. ¡Apoteósico!

Resulta que lo que la derecha chilena creyó inamovible como la cordillera, ha sido demolido en olor de multitud. Honor a los valerosos chileños que se enfrentaron a “El Mercurio” y a los pacos y lucharon por años hasta poder arrancarle a la derecha la llave de la caja fuerte donde estaba el santo grial de la constitución.

El mito del inmovilismo ha terminado. Así como Francisco Franco decía que lo de la continuidad era seguro y que todo “estaba atado y bien atado”, del mismo modo la derecha chilena, maldita desde 1973 por su ensañamiento, estaba segura de que el marco jurídico de la dictadura era parte de la naturaleza. Pues bien, se acabó. Los chilenos se ganaron el derecho de elegir una asamblea constituyente cuyo fin será renombrar al país y sembrar lo que haya que sembrar y talar lo que haya que talar. La educación, la salud y el régimen pensionario dejarán de ser latifundios de los de siempre y conocerán nuevas definiciones y fórmulas. Chile vuelve a vivir, a latir, a demostrar, a pura rabia y coraje, que ha dejado de ser el zombi vitalicio mordido por el pinochetismo. Todo podía admitir la derecha chilena, excepto que la constitución de su líder fuese tocada. Podían asentir cuando uno las decía, con pruebas bancarias y judiciales en la mano, que Pinochet, aparte de asesino, fue un ladrón. Podían mostrarse arrepentidos cuando se les hablaba de los excesos depravados de mi general Contreras, chupe de Pinochet y especia­lista en picanas y desapariciones. Pero, eso sí, decían de lo más pelucones: nos dejó la Constitución -así, con mayúsculas- que ha permitido este milagro.

Pero en octubre no hay milagros. Y los chilenos se hartaron de que les dijeran que la desigualdad era una ley de dios, que la educación era un pri­vilegio destinado a unos cuantos, que los sueldos debían ser la parte del ratón en el reparto. Esta­ban hartos de que la derecha, que había aplaudi­do los crímenes de la dictadura y la impunidad de su comandante en jefe, se considerara albacea de un legado inapelable y emputeciera las palabras hasta hacer irrespirable el país.

Exactamente como aquí, en el Perú. Con la dife­rencia de que nuestro país sigue sometido al secuestro moral del fujimorismo y su descendencia (la oficial y la supernumeraria). Los chilenos han puesto en su sitio a “El Mercurio” y a sus allegados y han votado por un nuevo futuro. Los pe­ruanos -muchos de ellos- siguen creyendo que “El Comercio” defiende los intereses permanentes del país.

Leí el editorial que “El Comercio” publicó en re­lación al triunfo popular chileno y no pude dejar de sentir una felicidad extre­ma. El diario del accionis­ta Pepe Graña, la caverna donde lo más reaccionario de la sociedad ensaya sus palabreos, anuncia para Chile las peores catástrofes y los cauces más peli­grosos. Que los chilenos se enteren: “El Comercio”, de Lima, condena el rotundo triunfo del “apruebo”. ¿Les importará que esta versión rímense de “El Mer­curio” clame al cielo porque la mayoría ha decidido lanzar por la borda la constitución del tirano?

El terror de “El Comercio” es que el ejemplo cunda. Chile estaba bien cuando era el ejemplo del “neoliberalismo exitoso” que Pinochet im­puso a sangre y fuego y Friedman apadrinó con visitas y consejos. Ahora Chile es un mal ejemplo, un vecino descarriado, un nuevo réprobo. Igual que Bolivia, que ha vuelto a las andadas. Y “El Comercio”, que respaldó al fujimorismo toda una década, apuesta por la eternidad de la constitu­ción que los tanques sostuvieron en 1993.

Por Cesar Hildebrandt


martes, 20 de octubre de 2020

Bolivia: el retorno de la izquierda

La resonante victoria del MAS en las elecciones presidenciales bolivianas ratificó la densidad social de la organización política de los pueblos bolivianos.

Los guarismos tomaron por sorpresa inclusive a los analistas más rigurosos: las encuestas realizadas por cuatro de las cinco consultoras más renombradas en Bolivia anticipaban para el binomio del MAS una votación que oscilaba en torno al 45 por ciento de los votos y cerca del 34 por ciento para su más inmediato perseguidor, Carlos Mesa.

Es decir, que los votantes del evismo ocultaron su intención de voto a la vez que se sobreestimó la base real de apoyo de Comunidad Ciudadana.

La victoria fue mucho más amplia de lo esperado, tal como lo aseguran las dos consultaras certificadas por el gobierno para realizar los “boca de urna”: CIESMORI y Jubileo. Ambas le asignan a la fórmula Arce-Choquehuanca una proporción que oscila en torno al 52 por ciento de los votos y a Mesa-Pedraza apenas un 31 por ciento. Algunos observadores aventuran que la cifra final se situará en torno al 55 por ciento.

A primeras horas de la madrugada un tuit de la dictadora Jeannine Añez decía que “por los datos con los que contamos, el Sr. Arce y el Sr. Choquehuanca han ganado la elección. Felicito a los ganadores y les pido gobernar pensando en Bolivia y en la democracia.” (O sea, gobernar como ella no lo hizo). Al mediodía Carlos Mesa reconoció el triunfo del MAS.

Aún no se publicaron los cómputos oficiales de las 35.000 mesas electorales y sería una inocentada pensar que el enemigo imperialista y sus aliados de la derecha racista se inclinarán respetuosamente ante el veredicto de las urnas.

Difícil (pero no imposible) que puedan haber sorpresas o maniobras de último minuto para frustrar la voluntad del pueblo boliviano. Si la diferencia hubiese sido menor, digamos de unos doce o trece puntos, seguramente que los bandidos a la orden de Luis Almagro habrían repetido lo hecho hace apenas un año y robado la elección; pero con una diferencia de veinte puntos o más la maniobra se desbarataría por su intolerable obscenidad. De todos modos, recién el miércoles se darán a conocer las cifras oficiales y entonces sabremos cuál es la siguiente movida de la derecha.

Las elecciones demostraron que el MAS es la única fuerza social existente en toda Bolivia. Carlos Mesa demostró que es un sello electoral, un contubernio de grupos que sólo tenían en común su odio a Evo y lo que éste representa. Y Luis Fernado Camacho es el líder de una importante fuerza social cuyo baluarte es Santa Cruz de la Sierra. Pero fuera de ese departamento –que equivale a un tercio del territorio nacional- su gravitación es muy baja. Construir una derecha con sólidas bases a nivel nacional es una tarea ardua, que en Bolivia, aún con la violencia terrorista de su dictadura, la complicidad de jueces y fiscales, y el apoyo de la cloaca mediática al servicio del imperio, demostró ser una misión destinada al fracaso.

La profunda crisis política en que se debate Estados Unidos en vísperas de una complicada elección presidencial restó protagonismo a “la embajada” y acotó sus márgenes de acción. Y la derecha local –en Bolivia como en Argentina y en toda Latinoamérica- sin la guía, los dineros y los resortes mediáticos y jurídicos que maneja Washington es poco lo que puede hacer.

Las usinas estratégicas de la derecha tienen un proyecto de alcance mundial (compárese por ejemplo las manifestaciones y consignas de los “anticuarentena” y “antiinfectadura” en los más diversos países) y trabajan para impedir la estabilización de gobiernos progresistas o la inauguración de uno de ese signo político. Claro que la historia es caprichosa y amiga de dar sorpresas. ¿Quién se animaría a desechar la idea de que en ese corazón de Sudamérica que es Bolivia acaba de salir el sol cuyos rayos iluminarán las próximas elecciones en Chile, Brasil, Paraguay, Venezuela y las presidenciales en Ecuador, en febrero del 2021?. Tal vez, sin darnos cuenta, seamos testigos de un giro histórico impensado hasta hace unas pocas semanas.

Las elecciones demostraron que el MAS es la única fuerza social existente en toda Bolivia. 

Por: Atilio Borón

lunes, 19 de octubre de 2020

El MAS y un triunfo arrollador

Arce y Choquehuanca obtuvieron el 52,4% contra el 31,6% del derechista Mesa. A pesar de la intervención desvergonzada de la OEA, del Departamento de estado norteamericano, de una ultraderecha sometida a las órdenes de fuerzas externas. A pesar de ello el MAS y su binomio conformado por Luis Arce Cataroa como presidente y David Choquehuanca a la vicepresidencia, lograron una victoria furibunda e indiscutible en las elecciones a la que fueron convocados 7.3 millones de bolivianos.

Un 53% y una diferencia de 20 puntos sobre Carlos Mesa Gisbert (31,2%) y cuarenta puntos sobre Luis Fernando Camacho (14,1%), son cifras extraordinarias, que representan aire fresco para la lucha de los pueblos. Con esto se confirma, tal como se sostuvo, que hubo una operación destinada a impedir el triunfo del MAS, por parte de la derecha en las elecciones del año 2019. Avalado esto por los gobiernos derechistas latinoamericanos, el silencio cómplice de organismos internacionales. Hubo un golpe de estado orquestado por Washington y sus aliados incondicionales y que con el triunfo de este 18 de octubre permite al pueblo boliviano volver a Palacio.

Quemado y además controlando las dos cámaras del parlamento. Una victoria que traerá consigo un tremendo impacto regional e internacional, que da nuevos aires al progresismo en América Latina y que recupera la democracia para Bolivia y su pueblo, que sabiamente vuelve a confiar en aquellos que lo dignificaron, que le dice no al racismo, al robo, al sometimiento a Washington y le dice no a la corrupción.

Mientras más postergaba la derecha golpista el convocar a elecciones, con una estrategia política errada del gobierno de facto presidiso por Jeanine Añez, más debilitaban sus opciones. Esto, pues ante la política supremacista, racista, de corte fascista, de insulto al pueblo indígena a sus símbolos y cultura. En ese contexto, más y más la sociedad boliviana, los más humildes, tenían más tiempo de comparar lo que había sido un proceso revolucionario, que durante 14 años le cambio la cara y el organismo entero a esta Bolivia. Una revolución que nacionalizó los recursos naturales, que llevó a los indígenas a ocupar Palacio Quemado y decirle al mundo que Bolivia existía, que tenía una dignidad que necesitaba aflorar tras cientos de años de sometimiento y abusos. Cada día que pasaba el pueblo más ponía en la balanza a los golpistas con el MAS.

El ministro de gobierno de la dictadura, el empresario Arturo Murillo estuvo en la noche del día 18, largas horas presionando a los medios de comunicación, al Tribunal Supremo Electoral y a las encuestadoras para que no dieran a conocer lo que ya se sabía a las 20:00 horas y que demoró cuatro horas en visibilizar: el triunfo del MAS era inobjetable triunfando por una mayoría abrumadora. Una maniobra que comenzó a cocinarse en la vista que hizo Murillo a la sede de la OEA a fines de septiembre y al Departamento de Estado dirigido por Mike Pompeo, que dieron las órdenes y los apoyos necesarios para impedir que el MAS volviera a presidir el gobierno. Un plan que mostró su fracaso absoluto, una derrota del imperio y de los gobiernos derechistas latinoamericanos coordinados por Almagro.

El resultado del recuento fue claro y planeadamente postergado. El propio ex presidente Evo Morales, en conferencia de prensa dada en Argentina sostuvo “Las empresas encuestadoras se niegan a publicar el resultado en boca de urna. Se sospecha que algo están ocultando”. Por su parte, Sebastián Michel, vocero del MAS señaló que existía una estrategia del gobierno de facto para lograr que no se entregara información y así generar un clima de violencia con el objetivo final de anular las elecciones. La enorme amplitud de cifras entre Arce y Mesa ha hecho imposible llevar a cabo lo que el departamento de estado norteamericano, junto a la OEA habían planeado junto al ultraderechista Ministro de Gobierno Arturo Murillo.

La parte más  difícil  viene ahora  para  recuperar una vida  trastornada  por una dictadura que ha violado los derechos humanos en todos los ámbitos en que pueden ser violados; sanitarios, integridad física, en el acceso al trabajo, a la educación, en derechos cívicos y políticos. Ahora viene justicia por los muertos, por los humillados sanar las heridas propiciadas por un gobierno de facto que cometió atropello a los derechos de millones de bolivianos y bolivianas.

En un interesante análisis de Mario Rodríguez, periodista y educador popular boliviano con especialidad en interculturalidad, los resultados de estas elecciones el 18 de octubre “han sido una victoria en el territorio del enemigo, en un campo conservador donde se aglutinó lo más fascista que puede tener la política. Articulado en los sectores más retrógrados que puede tener un país. Un triunfo sobre el dinero, el poder mediático, los poderes hegemónicos. Dicho marco permite evidenciar que En primer lugar es evidente que se trata de una victoria del pueblo boliviano, que supera la conformación partidaria y sumerge a la sociedad en la búsqueda de su futuro.

En segundo lugar, para el análisis interno de lo que ha sido una fortaleza en el masismo, se conformó el sujeto de lo plurinacional, con un abanico amplio de posibilidades, que hay que fortalecer. Un triunfo que se da contra viento y marea, que permite pensar en transformaciones profundas. Un tercer elemento es que se necesita una profunda reflexión y una crítica respecto a lo que fueron los gobiernos del MAS para recomponer elementos que fueron erosionados y que necesitan ser reconstituidos en la capacidad de participación popular. Y en cuarto lugar este triunfo es un tremendo impulso para las luchas populares en Latinoamérica, de la patria grande.

Claramente este es un laurel obtenido por el MAS, una conquista enorme, que representa la justeza de tres lustros de gobierno transformador en Bolivia, que caló hondo, que a la hora de la comparación le ganó por cientos de miles de votos a esa derecha recalcitrante. Una derrota del fascismo que le va a doler a la derecha, al grupo de Lima, al converso Luis Almagro que deberá responder de esta derrota ante sus amos estadounidenses, que gastó cientos de millones de dólares, para tratar de consolidar un gobierno de facto y darle posibilidades a la derecha boliviana, para tratar de volver a ejercer sus gobiernos nefastos, fracasando estrepitosamente en esta misión que los visibiliza como lo que son: oportunistas, racistas, soberbios y escasos de visión, para calar en plenitud el pensamiento y los anhelos de un pueblo que aprendió a defender su dignidad.

Para el triunfador de estas elecciones del 18 de octubre Luis Arce Catacora, el desafío es claro “Hemos recuperado la democracia y la esperanza, como también estamos recuperando la certidumbre para beneficiar a la pequeña, mediana, gran empresa, al sector público y a las familias bolivianas. Gobernaré para todos los bolivianos y trabajaré para reencaminar, sobre todo, la estabilidad económica del país” Luis Arce agradeció la confianza del pueblo boliviano, de los militantes del MAS, de la comunidad internacional y a los observadores que llegaron para supervigilar las elecciones.

El MAS logró una victoria inapelable, a pesar del Covid 19, las amenazas del gobierno y los intentos de impedir que se votara. El MAS arrasó en las grandes ciudades y en el mundo rural. No hubo lugar en Bolivia, donde el mundo masista no haya logrado hacer morder el polvo de la derrota a Carlos Mesa, Luis Fernando Camacho y los suyos. El MAS triunfó a pesar de la labor de desestabilización de la OEA y el títere Luis Almagro secretario general de esta organización, definida como el Ministerio de colonias de Estados Unidos. El MAS triunfó a pesar de fuerzas poderosas en su contra, porque la marcha justa no tiene freno posible.

El MAS triunfó porque el pueblo sabio de Bolivia entendió, que a pesar de todas las críticas que a su movimiento se le podían hacer, hizo un trabajo que tenía como centro a los más postergados de Bolivia, por la defensa de sus derechos y la construcción de aquellos negados, a los que por cientos de años fueron humillados, denigrados y que con el MAS comenzaron a andar con su marcha de gigantes. No hay freno posible cuando un pueblo defiende lo suyo.

Por: Pablo Jofré Leal.                                                                                                               

 

sábado, 17 de octubre de 2020

BOLIVIA: El mundo está mirando

En pocas horas comenzarán las elecciones en el Estado Plurinacional de Bolivia. De forma unánime, las encuestas dan como ganadora a la fórmula del Movimiento al Socialismo (Luis Arce Catacora y David Choquehuanca). Pero el gobierno de facto no escatima en maniobras e intimidaciones, y la transparencia de los resultados no está en absoluto garantizada.

Amenos de veinticuatro horas de que comiencen las elecciones en Bolivia, la situación política está cada vez más tensa. Aunque la decisión de Jeanine Áñez de declinar su candidatura ha fortalecido la posición del probable candidato en segundo lugar (Carlos Mesa), todas las encuestas de opinión siguen señalando como vencedora a la fórmula del MAS (Luis Arce Catacora – David Choquehuanca), incluso con algunas indicando que lo lograría en primera ronda.

El canal de medios privados UNITEL, por ejemplo, difundió la encuesta realizada por la encuestadora Ciesmori, en la que el MAS obtendría un 42,2% en primera vuelta, seguido de Carlos Mesa con 33,1% y el candidato de extrema derecha, Fernando Camacho, con 16,7%. En el análisis desagregado por regiones, el estudio señala que el MAS replicaría la victoria lograda por Evo Morales en octubre de 2019 y obtendría mayoría en seis de las nueve regiones de Bolivia, mientras que la provincia de Santa Cruz sería conquistada por Camacho y las regiones de Tarija y Chuquisaca, por Mesa.

Los resultados obtenidos por los estudios de Tu Voto Cuenta mostraron números similares, con Arce con el 42,9% de los votos, seguido del 34,2% de Mesa y el 17,8% de Camacho, excluyendo los votos en blanco y los indecisos. La consultora IPSOS pronosticó para Arce un 34% de los votos, para Mesa el 27,9% y para Camacho 13,8%, pero excluyendo los votos indecisos y en blanco esas cifras vuelven a ser muy similares a las anteriores, con el 42,2% para Arce y el 34,7% para Mesa. El grupo de expertos de la CELAG que se especializa en la investigación de encuestas de opinión y mapas electorales en América Latina arribó, a grandes rasgos, a las mismas cifras: Arce 44,4%, Mesa 34% y Camacho 15,2%.

Las consultoras, por lo general, además, tienden a infravalorar el peso de los electores y electoras residentes en áreas rurales, así como el de las más grandes comunidades de bolivianos y bolivianas en el exterior (particularmente las de Argentina y Brasil). En ambos casos, el apoyo al MAS es mayoritario. En circunstancias normales y en una elección justa, esos votos significarían para el partido de Evo Morales escalar hasta una cifra más cercana al 47% de los votos (tal como sucedió en la elección anterior) o quizás aún más, dado el rechazo generalizado hacia las políticas neoliberales del régimen de Áñez.

Pero desde fines de 2019 que Bolivia no atraviesa circunstancias normales, y la transparencia de las elecciones no está en absoluto garantizada. Aunque breve, la experiencia de Áñez en la presidencia arroja una larga lista de casos de corrupción, violaciones de los derechos humanos, de la Constitución, una pésima administración de la pandemia del COVID-19 y una severa crisis económica, exacerbada por los intentos de privatizar algunas de las principales industrias del sector público de Bolivia (particularmente, la compañía de gas y petróleo YPFB, nacionalizada en 2006).

A medida que se acerca la fecha señalada para los comicios, y ante el escenario previsto por las encuestadoras, las operaciones políticas y mediáticas se han multiplicado. Así se refleja en el portal de Página Siete, por ejemplo, que con fecha del 13 de octubre titula «si el MAS pierde, saldrá a ‘matar gente’, según el Ministro de justicia». La misma estrategia sigue La Razón, que tres días después publicaba: «‘en caso de que ellos utilicen armas, nosotros también estamos listos para el uso de armas’». La connivencia entre los grandes medios de comunicación y el gobierno de facto queda cada vez más expuesta, y los dichos en Twitter del ministro de gobierno Arturo Murillo apuntan en la misma dirección y no escatiman en amenazas: «advertimos a los agitadores y gente que busca generar violencia, no son bienvenidos. Los ponemos en un avión o entre rejas. Compórtense, sabemos quiénes son y dónde están».

Sin ir más lejos, en horas de la noche de este 16 de octubre la delegación de diputadas y diputados argentinos que viajó en carácter de veedora de las elecciones invitada por la Presidenta del Senado de Bolivia, Eva Copa, fue detenida en La Paz. Federico Fagioli, diputado nacional por el Frente de Todos, declaró que al arribar al aeropuerto de El Alto las fuerzas de seguridad lo retuvieron, lo violentaron y le quitaron sus pertenencias, pese a disponer de una invitación oficial y todos los papeles en regla. «Es otro claro ejemplo de la avanzada de las derechas sobre la democracia en nuestro continente», declaró el diputado argentino, antes de que intentaran llevarlo detenido sin justificación alguna en medio de la noche. El presidente argentino, Alberto Fernández, ha expresado que «es directa responsabilidad del gobierno de facto de Jeanine Áñez preservar la integridad de la delegación argentina».

Reacciones desesperadas de una derecha que le teme a la democracia pero que, justamente por ello, no debe ser tomada a la ligera. Más de 51 mil bolivianos y bolivianas en el exterior han sido impedidos de registrarse para votar por el gobierno de facto, 25 mil de los cuales residen actualmente en la Argentina. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) también descalificó para votar, en marzo de este año, a 147 mil personas residentes en Bolivia. En las condiciones actuales, atravesadas por la pandemia y la cuarentena, la solicitud de rehabilitación para registrarse en el padrón se hace casi imposible.

No sorprendería tampoco que las poblaciones del campo, particularmente en las provincias del altiplano, que han votado tradicionalmente por el MAS, sufran algún intento de impedir su normal participación en el proceso electoral. La provincia tropical de Chapare, en Cochabamba (bastión tradicional del MAS), ha sido atacada sistemáticamente por el régimen de Áñez desde que inició el golpe de Estado. Se ha reportado un número creciente de ejercicios militares y movimientos de tropas en la región a lo largo de todo el año que, según los dirigentes sindicales locales de las seis federaciones de cocaleros, tiene por objetivo intimidar a la población rural.

USAID, la agencia financiada por el gobierno de los Estados Unidos, que bajo el gobierno de Evo había sido vetada para operar en Bolivia, fue ahora convocada por Áñez para supervisar y monitorear las elecciones. Esta agencia, junto con el Endowment Fund for Democracy (NED), cuenta con una larga historia de respaldo a grupos políticos y de la sociedad civil pronorteamericanos, tanto a través de financiamiento directo como de la validación de procesos electorales fraudulentos (como sucedió en Honduras en 2017).

El actual presidente del TSE, Salvador Romero, es íntimo amigo de Carlos Mesa y fue designado por el expresidente como titular de la Corte Nacional Electoral (CNE) en 2003. También exhibe una larga trayectoria de cooperación con agencias financiadas por Estados Unidos y la OEA en América Latina. Romero ha estado presente también en Honduras durante los años 2011 y 2014, sirviendo como director del Instituto Nacional de Democracia (NDI), financiado por la NED, y en las fraudulentas elecciones de 2013 se desempeñó como supervisor. En los cables diplomáticos filtrados por Wikileaks, se reveló que entre 2006 y 2008 Romero fue informante del exembajador de Estados Unidos, Philip Goldberg. Que tenga una postura neutral, transparente hacia el proceso electoral, por lo tanto, es muy poco probable.

El TSE, además, ha reemplazado el sistema de resultados preliminares (TREP), utilizado durante las elecciones de octubre de 2019, por uno nuevo, el DIREPRE, sancionado por Naciones Unidas. Jake Johnson, investigador asociado del CEPR que había formado parte del equipo de investigadores que demostró que la OEA falsificaba sus afirmaciones sobre el «fraude» durante las elecciones de 2019, ha señalado que el nuevo sistema es menos confiable que el anterior, al hacer imposible que los observadores verifiquen rápidamente la precisión del voto, comparando copias impresas de las actas con imágenes publicadas en línea.

El gobierno de facto está coordinando el proceso electoral con la OEA, cuya observación del proceso de octubre de 2019 y sus falsas afirmaciones sobre el carácter fraudulento de aquellos resultados fue determinante en la legitimación del golpe de noviembre. La visita de Arturo Murillo a Estados Unidos y el encuentro con el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, constituye otra muestra clave de la estrecha colaboración del régimen de Áñez con las autoridades de ese organismo. Luis Almagro ha manifestado, incluso, que «existe la posibilidad de que el MAS intente robar los resultados electorales», lo que (según el director del CEPR, Mark Weisbrot) significa que Almagro y compañía no tienen ningún prurito de repetir la jugada, invocando la carta de la OEA y el derecho internacional con el fin de anular el resultado de las elecciones en base a datos falsos.

Todo esto sin olvidar los numerosos intentos para impedir que el MAS y sus líderes participen del proceso electoral. Sin ir más lejos, tanto el expresidente Evo Morales como el excanciller Diego Pary fueron descalificados para presentarse como candidatos al Senado en las regiones de Cochabamba y Potosí respectivamente, a pesar de cumplir con todos los requisitos legales y haber presentado todos los documentos necesarios en tiempo y forma. También el candidato al Senado en Cochabamba, Andrónico Rodríguez, ha enfrentado intentos de persecución. Luis Arce Catacora, por su parte, fue amenazado con la inhabilitación en numerosas ocasiones, antes y durante la campaña electoral. Arce comentó que las encuestas internas de su partido señalaban al MAS como ganador, acción que sus opositores políticos consideraron «ilegal según las leyes electorales del país». Aunque el TSE finalmente falló a favor del MAS el día 5 de octubre, esto no impidió a grupos de la oposición realizar protestas violentas contra el MAS y las autoridades electorales en la ciudad de Sucre.

Militantes y dirigentes del MAS han sido constantemente acosados por varios grupos armados y miembros de la oposición de extrema derecha desde el golpe de Estado. La Unión Juvenil de Santa Cruz (UJC), la Resistencia Juvenil de Cochabamba (RJC) y el Movimiento de Resistencia en La Paz han sido responsables por ataques al MAS y sus simpatizantes en reiteradas ocasiones. Luego de criticar los abusos contra los derechos humanos perpetrados por el régimen de Áñez, la misma Defensoría del Pueblo ha sido hostigada por un grupo violento llamado «Valkyria».

Tal atmósfera de violencia e intimidación difícilmente augure un resultado electoral justo y transparente. A esta altura, probablemente, la pregunta sea por qué ninguno de todos estos escandalosos hechos ha ocupado las portadas de los periódicos. La respuesta es simple: desde el inicio del golpe, los medios de comunicación críticos con el régimen de Áñez han sido continuamente censurados y los periodistas –bolivianos y extranjeros– perseguidos. Tanto Telesur como Rusia Today han visto revocadas sus licencias de transmisión durante las semanas posteriores al golpe del 10 de noviembre. Más de cincuenta y tres radios comunitarias fueron cerradas por el régimen de Áñez en el transcurso de enero de este año. Periodistas de todo el mundo sufrieron constantes abusos por turbas a favor de los golpistas y Sebastián Moro, argentino, fue asesinado.

Finalmente, el gobierno ha prohibido cualquier manifestación pública 48 horas antes y después de las elecciones, como forma de intentar asegurarse la ausencia de una respuesta política, callejera, a las posibles denuncias de fraude por parte de los movimientos sociales del país.

Que el gobierno de facto o sus aliados políticos consigan «ganar» las elecciones por medio del fraude y la intimidación o abortar el resultado por completo mediante una intervención de última hora por parte de sus aliados en el ejército y la policía depende de la fuerza de los movimientos sociales y sindicales. Las masivas protestas de agosto de este año demostraron que aún frente a amenazas de severa represión y violencia por parte de las fuerzas estatales, las históricamente poderosas organizaciones sociales bolivianas son capaces de paralizar casi por completo al país. Y si el camino elegido por el gobierno de facto es el de la manipulación y el fraude, el de robar la victoria al Movimiento al Socialismo, no se quedarán calladas. Este domingo, la democracia se juega una parada decisiva en Bolivia. El mundo entero está mirando.

Por: Denis Rogatyuk y Florencia Oroz

 

sábado, 3 de octubre de 2020

LA BISABUELA COMUNISTA DE MAFALDA

Joaquín Lavado, Quino, se inspiró en su abuela republicana y comunista para crear el personaje y el pensamiento de la ya inmortal Mafalda.

Hijo de inmigrantes andaluces, Quino siempre contó que en su casa se respiraba política, hablaba de sus padres socialistas y de su abuela comunista.

Nacido en Mendoza, “Cuando yo tenía cuatro años empezó la guerra civil española y en mi casa se vivió como una tragedia personal; además, como la perdimos, peor todavía. Se acaba la guerra civil española y comienza la Segunda Guerra Mundial".

En una entrevista al diario italiano La República, el dibujante relató que en su casa había siempre discusiones entre su abuela, "comunista, una mujer muy simpática con un gran sentido del humor" y el resto de la familia republicana. "Mi abuela era una militante que vendía los bonos del partido. Mi padre no quería que lo hiciera. Y se armaban unas trifulcas terribles en mi casa". "Ella era un cómic viviente, estaba constantemente hablando del Chile de Pinochet y de las atrocidades cometidas en Vietnam", recuerda.

En una extenso reportaje que le dio Quino a Mónica Maristain en 2004, para Página/12 se definía a su mismo como socialista: “El capitalismo también se va a ir al carajo. Esto no puede continuar así. Yo lo que espero es que a la larga se intente otra forma de socialismo. No igual al que ya fue, pero para mí sigue siendo el mejor sistema de gobierno”, declaró en aquella ocasión.

La última pregunta de la entrevista fue si “morirá siendo socialista”: “Sí, por supuesto. Esa es la mejor forma de gobierno que concibo, es el mejor sistema. Apenas tuvo 70 años para expresar y es probable que estuviera mal aplicado. Si pensamos que al cristianismo le llevó tres siglos imponerse, ¿por qué no podemos pensar que el socialismo regresará y finalmente podremos vivir en un sistema más justo y más humano para todos?”, respondió.

En una entrevista con Republica, Quino contó que lo peor que le sucedió con sus dibujos fue durante la última dictadura militar. En marzo de 1976 decidió autoexiliarse y, meses más tarde, se produjo la llamada “Masacre de San Patricio”, en la que cinco religiosos palotinos fueron acribillados en una iglesia en el barrio de Belgrano. El grupo de tareas que los mató colocó al lado de uno de los cadáveres una de las viñetas más conocidas de Mafalda, en la que señala al bastón de un policía y afirma: “¿Ven? Este es el palito de abollar ideologías”.

Claudio Demetrio Mansilla

miércoles, 30 de septiembre de 2020

UN DÍA COMO HOY

Un 29 de setiembre de 1885. “UCHCU PEDRO” ES FUSILADO EN CASMA Pedro Celestino Cochachin de la Cruz Huarca, conocido por su apelativo de “Uchcu Pedro”, se incorporó a la revolución campesina de 1885, ya cuando ésta se había iniciado, pero por su bravura y dotes de mando, ocupó el mando militar de la misma. Su posición era radical. Él impulsaba la lucha de razas y consideraba que a los “mishtis” había que aniquilarlos. Cuando el coronel Callirgos logró llegar a Yungay a fines de abril, “Uchcu Pedro” fue el encargado de dirigir el ataque para desalojar de esa ciudad al ejército. Al quedar herido Pedro Pablo Atusparia, Pedro Cochachin asume el mando de la revolución a partir del 29 de abril de 1885. Él dirigió el repliegue de las tropas campesinas hacia Huaraz y organizó la defensa de la ciudad ante el ataque del ejército el 3 de mayo. Cochachin trató de reconquistar la ciudad en dos oportunidades, el día 7 atacando el cuartel general del ejército, situado en las instalaciones del Colegio “De la Libertad” y el día 11, con el hecho de armas que la historia conoce como la batalla de Huarupampa, donde el empuje del ataque campesino desde la Cordillera Negra hizo retroceder a las tropas del ejército desde el Puente de Calicanto hasta la plazuela de Huarupampa. A cañonazos fueron destrozadas las partidas campesinas en ese lugar. Derrotado, Cochachin no se rindió, y con las pocas tropas que le quedaban se dedicó a hostilizar desde la Cordillera Negra. Las numerosas expediciones para capturarlo fracasaron una tras otra. Tuvieron que valerse de la traición para detener al legendario líder. El elegido fue su compadre Francisco Arteaga, quien le invitó a una fiesta en Quillo. “Uchcu Pedro” acudió confiado y cayó en la trampa. Fue llevado preso a Casma y luego de ser juzgado sumariamente, se le condenó a muerte. Fue fusilado el 29 de setiembre de 1885 en las faldas del cerro Sechín. Su cadáver quedó expuesto y sin entierro por orden militar. Un pastor protestante que pasaba por el lugar, se apiadó de él y enterró sus restos en el lugar. (Fuente: "Atusparia y la revolución campesina de 1885 en Áncash", Augusto Alba Herrera. 1986).

sábado, 26 de septiembre de 2020

¿2021, UN NUEVO SALTO AL VACÍO?

¿Puede un país con más de 60 mil muertos por la pandemia darse el lujo de tener abandonados los servicios de salud, tal como ha ocurrido hasta hoy? ¿Podemos perdonar miles de millones de soles en impuestos a empresas como Telefónica cuando no tenemos recursos para atender las necesidades de salud, educación y promoción del empleo de los peruanos?

¿Los millones de personas que han perdido su empleo y los que se encuentran camino a la pobreza pueden seguir apostando por un sistema que relega sus necesidades básicas a la lógica del mercado? ¿O confiar en un Estado que le entrega 60 mil millones de soles a la banca y las grandes empresas y nada a los desocupados, salvo un mísero bono de 760 soles? Es claro que no, salvo que queramos dar un salto al vacío en las elecciones del próximo año.

Como pocas veces en la historia, los peruanos hemos sido compelidos a enfrentar el futuro en medio de la incertidumbre, con pocas certezas y muchas incógnitas. Lo único que sabemos es que son los errores del Estado los que nos han llevado a esta situación y que no debemos repetirlos, si es que no queremos precarizar aún más nuestra existencia.

Hora de cambios

Si hay una idea que flamea en el horizonte es la que indica que tenemos que cambiar el modelo económico. Si algo nos dicen estos tiempos oscuros es que ya no podemos seguir con un régimen económico basado en la sobreexplotación de los recursos naturales, en la contaminante explotación minera, con desindustrialización y mano de obra barata, como lo hemos hecho hasta hoy.

Esa es la apuesta del gobierno, la Confiep y los grupos de poder. El pueblo debe tener su propio proyecto. Uno, en que prime la generación de empleo, la innovación tecnológica y el respeto a la naturaleza. Está claro que debemos orientar nuestros esfuerzos a la satisfacción de las necesidades básicas, de allí la urgencia de apostar por la agricultura de subsistencia, por generar empleo en comunidades y distritos, así como dotar de recursos a los servicios de salud y educación para que la gente de a pie cuente con un sistema donde no prevalezca la ley del más fuerte y la consigna del ‘sálvese quien pueda’.

Ahora que estamos en medio de una recesión mundial, con casi 7 millones de nuevos desempleados en el país, debemos apostar por una nueva economía en la que primen los intereses de las personas y no las de las corporaciones o los grupos de poder.

En estas circunstancias, debemos preguntarnos si los candidatos que aspiran al sillón presidencial están pensando en esta encrucijada. Sinceramente, no lo creemos. Sin embargo, pensamos que en medio de esta pandemia no son pocos los que apuestan por una nueva visión en la que no solo prime la estabilidad macroeconómica, la reducción de la inflación, el equilibrio fiscal y las “leyes del mercado” en beneficio los oligopolios bancarios, mineros, farmacéuticos y AFPs.

Los peruanos requieren un nuevo orden que apueste por la reducción de las desigualdades, la justicia social y el pleno empleo, cuando no con un sistema en el que puedan vivir dignamente todos los peruanos sin importar su condición social. Una apuesta en la que tendrá que comprometerse el Estado, pero también la sociedad civil en su conjunto. Una apuesta que tenga como eje la industrialización del país, para que dejemos de ser el eterno proveedor de materias primas, del oro, la plata y el cobre que hicieron la riqueza de Europa, EE.UU. y, ahora, China.

Debemos evitar que se reproduzca una nueva década perdida. Las elecciones al 2021 son el momento para esta discusión, sobre todo ahora que la pandemia cierra el periodo neoliberal de la economía, como lo advierten destacados economistas.

Le toca a la izquierda que no tiene lazos con el sistema neoliberal encarar el tema con seriedad para no convertirlo en un simple tema de campaña. Estamos convencidos de que el neoliberalismo no está en condiciones de resolver los problemas del presente. La pérdida de 245 millones de puestos de trabajo en el mundo revela que el interés de las grandes transnacionales y los gobiernos que los respaldan está puesto únicamente en el lucro y la ganancia de las empresas.

Vargas Llosa

No se trata únicamente de discursos febriles, como lo afirma Mario Vargas Llosa, sino de realidades concretas. El capitalismo no se asocia a la injusticia, la desigualdad y el egoísmo por que lo diga la izquierda, sino porque esa es la realidad cotidiana que viven, día a día, hombres y mujeres de todo el orbe.

No es que la izquierda haya creado una confusión mental que impide aprovechar la posibilidad de sacar de la pobreza y el subdesarrollo a decenas, o centenares, de países de la tierra, sucede que ya son 30 años de neoliberalismo y de promesas de desarrollo que no se cumplen y que la pandemia ha desnudado en toda su dimensión.

Un sistema en el que las empresas poderosas se niegan a pagar tributos y apelan a todo tipo de tretas legales para burlar el pago de casi 10 mil millones de soles en el país, es un sistema que no es justo ni puede ser legalizado por ningún juzgado, tal como acaba de ocurrir con el reciente fallo del Tribunal Constitucional que rechazó el reclamo de 158 grandes empresas para que les perdonen el pago de lo que le adeudan al Estado.

Desde hace más de 30 años los gobiernos que se han sucedido en Palacio de Gobierno han blindado los intereses de las grandes empresas. ¿Y si no, porque Yanacocha le adeuda 2 mil millones de soles al Estado? Ya es hora de que un nuevo gobierno ponga freno a las ventajas tributarias de la que gozan los oligopolios. La política tributaria es el eje central del combate para la distribución del ingreso en un país que tiene el triste privilegio de ser uno de los más desiguales del mundo.

Se deben cobrar impuestos a los que más tienen y reducir las distancias sociales. Ese es un componente clave de la lucha por la igualdad, que se expresa en buenos servicios de salud, educación e infraestructura. No es sostenible un Estado en el que la evasión y la elusión del impuesto a la renta supere los 35,000 millones de soles anuales, la mitad de lo que se recauda por ese concepto. Eso sin contar las exoneraciones tributarias.

El programa

Si hasta hoy hemos tenido a la casi totalidad de los partidos políticos alineados alrededor de intereses particulares, es hora de crear partidos con propuestas programáticas en búsqueda de construir un país democrático, sin exclusiones ni discriminaciones. Este es un momento de cambio que no debemos desaprovechar,

Los grandes intereses, que nos han gobernado en las últimas décadas temen perder la soga que conducía al rebaño hacía la senda que ellos escogieron. Es hora de arrebatarles la conducción del Estado y eso se logra con propuestas claras y no solo con candidatos con buenos perfiles.

La hora del cambio llegó, es hora que los partidos que reclaman la transformación del país se pongan a la altura del reto.

Por Efraín Rúa


lunes, 10 de agosto de 2020

La pandemia está estableciendo la crisis del modelo neoliberal

Ignacio Ramonet
Su nombre está asociado desde hace décadas a la publicación periodística Le Monde Diplomatique tanto en Francia como nuestro país. Este periodista y catedrático de teoría de la comunicación fue también el impulsor del movimiento ATTAC, protagonistas en el movimiento antiglobalización con eventos tan destacados como el Foro Social de Porto Alegre y las sucesivas ediciones. Prolífico autor de libros, premiado en diferentes ocasiones y Doctor Honoris Causa por varias universidades. Durante el inicio del confinamiento estuvo en Cuba. Desde allí, Ignacio Ramonet (Redondela, Galicia, 1943) escribió un extenso ensayo con su reflexiones sobre el mundo actual y futuro en medio de una pandemia sin precedentes. De esos pensamientos, y ya desde París donde reside habitualmente, tenemos el placer de hablar con él en cuartopoder.

-Ha definido la pandemia como un “hecho social total”. ¿Qué significa?

-Es una expresión que algunos sociólogos utilizan. En particular, un sociólogo de gran referencia como Norbert Elias. ¿Qué es un hecho social total? Pues a veces en la historia se producen acontecimientos, por ejemplo una guerra, que tienen repercusiones en todos los ámbitos de la sociedad. Primero en la organización misma de la sociedad, en la economía, en la cultura, en la política, en la organización de la vida de la gente. La pandemia, tal y como nos ha sorprendido, ha funcionado y está funcionando como un hecho social total. Realmente hay pocos espacios en nuestra vida cotidiana y en la de las sociedades que no se hayan visto afectadas de manera particularmente impactante por la pandemia.

-Ha señalado, al igual que otras muchas personas, que el mundo y la vida no va a ser igual cuando acabe todo. Parece que lo tenemos todos claro

-Yo creo que sí. Bueno, todos no, ha habido una serie de intelectuales que han dicho que todo sería exactamente igual. Por ejemplo aquí en Francia, Michel Houellebecq escribió un texto diciendo que después de la pandemia todo será igual. ¿En qué sentido todo seguirá igual? Bueno, seguiremos en una sociedad vertical, el capitalismo no se habrá derrumbado, las grandes empresas seguirán teniendo un rol determinante...En ese aspecto no cabe duda de que la estructuración, el esqueleto portador de la sociedad, probablemente no se va a mover, al menos en un primer tiempo. Pero sí que muchas cosas ya se están moviendo. Y podemos decir quizás que muchas han cambiado ya. Por ejemplo la cuestión del teletrabajo. Hoy día es conocido que, en particular en nuestras sociedades desarrolladas, cantidad de gente piensa que ir a la oficina cada día tiene cada vez menos sentido. Y que durante estos meses se ha demostrado que se puede trabajar perfectamente igual desde casa.

"Vamos a ver muchos Gobiernos cambiar de color por los efectos de la pandemia"

Por otro lado, una parte del consumo virtual se ha podido hacer de manera virtual. Globalmente la aceleración de toda la virtualidad, de todo el universo de internet, no cabe duda de que aunque ya estaba bien anclada en nuestras sociedades, ha conocido una aceleración muy notable. No es una casualidad que precisamente las empresas del GAFA (Google, Amazon, Facebook, Apple) sean las que más han ganado y las que menos han sufrido con esta pandemia. Así podríamos decir que muchas cosas se han modificado. Probablemente también, aunque decía antes que el capitalismo se va a mantener, el neoliberalismo como lo habíamos conocido hasta ahora probablemente no va a ser posible. Porque esta pandemia tiene tres tiempos. Estamos viviendo el tiempo sanitario, que es el más importante en esta fase. Pero ya está viniendo el tiempo económica, y la pandemia económica va a ser de una brutalidad desconocida. Las cifras últimas publicadas sobre las expectativas de la economía española, la situación de los bancos en España...Todo esto da una idea de la colosal tempestad que están viviendo las economías. Y el tercer tiempo va a ser el social. No sabe duda de que si las economías sufren, quienes van a sufrir van a ser los trabajadores a todo nivel. Por consiguiente eso va a producir aquí y allá protestas o revueltas. Y sea electoralmente o por otras vías, vamos a ver muchos Gobiernos cambiar de color por los efectos de la pandemia.

-Se está haciendo también mucho hincapié, especialmente a nivel europeo, en que la crisis no la paguen los de siempre como ocurrió en 2008. ¿Debemos ser algo optimistas con esto?

-Por ejemplo, un país del Sur cualquiera. ¿De qué vive? La mayoría viven de tres cosas. La mayoría de países de África, América Latina, de gran parte de Asia, viven de tres cosas. O bien de las exportaciones de los productos del suelo o subsuelo, la minería o la agricultura. Segundo, de las remesas que envían sus trabajadores emigrados. Y tercero, en algunos de ellos, del turismo. Estas fuentes de recursos hoy día están muy impactadas por la pandemia. El turismo está con un encefalograma plano. Las remesas, como la mayoría de estos trabajadores está en los países desarrollados, y que evidentemente, van a entrar en una crisis colosas, van a disminuir masivamente. Como por otra parte la economía está medio paralizada, las exportaciones también están de capa caída. Entonces, imagina cuando en un país se caen estos tres recurso, obviamente el número de quiebras va a ser colosal. Cuando quiebran las empresas, quienes sufren son los bancos. Porque han dado créditos para que las empresas funciones. Por tanto, el propio sistema bancario se puede derrumbar en muchos países.

"En Europa va a haber una gran sufrimiento social aunque haya mucho capital para ayudar"

Esto es lo que normalmente podría haber ocurrido en Europa. No va a ocurrir por el acuerdo que se logró. Porque la UE que ve venir esta situación, está dispuesta a endeudarse sin límite para que precisamente todo el sistema bancario, que es un poco el sistema de riego sanguíneo de la economía europea, no dé quiebra y colapse. En Europa va a haber una gran sufrimiento social aunque haya mucho capital para ayudar. Pero eso no va a cambiar el hecho de que mucha gente vaya a perder su empleo. En Francia, por ejemplo, el propio presidente anunció hace dos semanas que se espera en otoño próximo la pérdida de un millón de puestos de trabajo. Es enorme, si piensas que cada puesto de trabajo hace vivir a dos o tres persona.

-Cambiando de tema, hay muchas referencias, y también las describía usted en el artículo, sobre la irrupción de la vigilancia masiva digital. Supongo que en este tipo de situaciones hay riesgos y beneficios dentro de una crisis sanitaria

-La era digital, en la que ya estábamos desde hace unos 30 años, ahora ha alcanzado una normalidad. El mundo actual es el mundo de la virtualidad. Para los que aún dudaban de si estábamos en una prolongación de la era industrial, pues ahora estamos en la era virtual y de la ciber actividad. Por consiguiente, eso significa que cada vez que toco una tecla en mi computadora, teléfono o Ipad, estoy dejando una huella de lo que hago. Por consiguiente, no cabe duda de que ahora sí que se confirma algo que algunos ya habíamos predicho desde hace bastante tiempo. Y es que los datos que cada uno damos de nosotros pasan a ser una materia prima de alto valor y que probablemente pueden transformarse en la materia prima de la era digital. Eso va a tener un valor económico en la medida en la que en el mundo del 5G y Big Data, se va a trabajar exclusivamente con datos. En el mejor de los casos para conocer mejor desde el punto de vista comercial o publicitario todas las simpatías y deseos de los individuos. Pero además eso va a permitir a las grandes empresas digitales y a los Gobiernos e institutos de inteligencia para tener un conocimiento muy fino de cada uno de nosotros.

Entonces, la idea de que precisamente haya una especie de Big Brother que conozca a cada uno de los 7.000 millones de habitantes del planeta, o los 5.000 que usan constantemente internet, eso, que era ciencia ficción cuando Orwell escribió 1984, está siendo cada día más real. Yo escribí hace poco un libro llamado El imperio de la vigilancia y creo que me quedé corto. Porque con la pandemia esto se ha confirmado completamente. Antes podían decir que era un poco paranoico y cosas así pero ahora es la realidad.

-Una de las cosas por las que más se le conoce fue su lucha en el movimiento antiglobalización y la fundación de ATTAC. Han pasado varias décadas pero, ¿cómo se relacionan las críticas que ya se hacían entonces sobre el mundo con la realidad actual en plena pandemia?

-Nosotros lanzamos el movimiento hace unos 20 con la idea de “Otro mundo es posible” y con el Foro Social. La crisis de 2008, que fue financiera y de crédito, ya nos dio la razón de que obviamente la globalización, es decir el neoliberalismo globalizado, nos conducía hacia un mundo en el que cada vez habría más gente cada día más rica y gente cada vez más pobre relativamente. Hoy, el 1% de la población más rica posee más de la mitad de la riqueza del mundo. Hoy día, si quieres esta desigualdad salta tanto a la vista que el escándalo se ha generalizado.

La pandemia está estableciendo también la crisis del modelo neoliberal. Por ejemplo, hemos visto como muchos países se han cerrado, como muchos países apuestan por el mercado interior. La crisis ha demostrado que, por ejemplo, en Europa no se fabricaban mascarillas, paracetamol, respiradores...Sabemos que habrá otras crisis, porque en los últimos 15 ha habido otras tres crisis epidemiológicas aunque no hayan concernido a Europa. El SARS y el MERS han sido crisis muy graves para Asia. Nadie puede decir que no habrá otra crisis pandémica de aquí a 5 o 10 años. No tenemos autonomía en materia de producción de lo que es mínimamente indispensable para combatir una amenaza de este tipo. Todo este modelo que consistía en fabricarlo todo con trabajadores mal pagados en el otro lado del mundo es que el hoy tenemos, a la vez por razones económicas, sanitarias y ecológicas. No nos olvidemos de una importante, que la pandemia no es más que una manifestación de la crisis ecológica. Porque el virus ha surgido por el desprecio a la naturaleza, por el ataque constante a ella y en particular a los animales salvajes. Y el virus ha saltado precisamente por ese desprecio. No podemos seguir fabricando una camisa al otro lado del mundo que va a ser transportada y consumiendo una cantidad excepcional de petróleo y energía para luego ser vendida a un precio ridículo. Es impensable. Este tipo de modelo es al que hoy, por razones económicas, ecológicas y políticas, la sociedad debería rechazar.

-A nivel geopolítico nos preguntamos mucho el papel que van a cumplir ahora China y EEUU. ¿Podemos ver algún cambio en el equilibrio entre fuerzas?

"Es la primera vez desde el principio del siglo XX que hay una crisis mundial y que EEUU no tiene un rol de protagonista"

-En el aspecto geopolítico vamos a decir algo que es lo más central. Es la primera vez desde el principio del siglo XX que hay una crisis mundial y que EEUU no tiene un rol de protagonista. Esto no se ha visto nunca hasta ahora. Su intervención en la I Guerra Mundial fue decisiva, en 1944 también. Y desde los años 50, EEUU ha estado en todas las partes. Esta vez no han enviado una mascarilla a nadie. No han enviado una jeringuilla ni personal médico a nadie. Esta ausencia da una idea de la debilidad de EEUU. El país más impactado por la pandemia es EEUU, por una conducción política completamente errática, equivocada, con un problema de liderazgo enorme que pone en riesgo la continuidad de Trump, tal y como lo dicen los sondeos. Solo esto ya es una indicación de cómo la pandemia está modificando la geopolítica. Por otra parte también, la pandemia detuvo todos los conflictos en el mundo durante unas semanas, con mucha más eficacia que la ONU. Otra cosa, las Naciones Unidas han estado absolutamente ausentes en esta crisis. No se han oído iniciativas. Por tanto, hay algo en la estructuración y funcionamiento geopolítico hasta ahora que demuestra que tal y como funcionaba el mundo, éste no era eficaz.

Sobre China podríamos decir dos cosas. Primero, tiene una responsabilidad en la medida que el virus surgió allí y no pudo impedir que saliera. Por otra parte, China ha combatido con gran eficacia la pandemia y es el país que ha ayudado enormemente a otros países, enviando medicamentos, médicos, etc.

-Estuvo en Cuba durante las primeras semanas de confinamiento. Ha alabado su gestión de la pandemia, ¿por qué?

-Cuba ha combatido la pandemia con mucha eficacia sin declarar un confinamiento obligatorio, pero con mucha disciplina social, con mucho voluntarismo y de manera bastante inteligente, y con una organización social muy eficaz. Por otra parte también, Cuba no ha dudado en enviar a cerca de 45 países brigadas médicas con personal: Italia, Andorra, las posesiones de Francia en el Caribe, en América Latina o África. Cuba sí ha dado muestras de un internacionalismo solidario y creo que esto vale la pena subrayarlo. Infelizmente los grandes medios de comunicación europeos no lo subrayan. Por otra parte observamos que la UE ha publicado una lista de los países con los que se puede aceptar viajero y veo que no está Cuba, que es uno de los países que menos casos tiene en el mundo. Para darte una idea, Cuba tiene más o menos la misma población que Bélgica, 10-11 millones de habitantes. Bélgica tiene 9.000 muertes. Cuba sólo 85. Entonces, evidentemente hay una manera de afrontar esta cuestión desde el punto de vista sanitaria que demuestra lo que se sabía ya, que Cuba es una gran potencia médica. Pero que es una gran potencia con una generosidad y solidaridad espectacular cuando muy pocos países en el mundo han enviado ayuda a tantos países.