En la pandemia se han difundido diversos términos que ya son
de uso universal, uno de ellos, el paciente cero; primer paciente infectado e
hilo de seguimiento para otros posibles contagiados. Los acontecimientos
políticos, económicos, sociales y sanitarios, suscitados en el actual escenario
del coronavirus también tiene un punto cero; un antecedente, una realidad o una
explicación.
Es decir, entramos a la pandemia con tendencias objetivas y una correlación de
fuerzas claramente definida; adicionalmente actores poderosos por un lado,
débiles y desempoderados por el otro. Martín Vizcarra, dijo en su sexto mensaje
el 21 de marzo que esta situación era una guerra. Pues bien, en esta guerra no
todos tienen las mismas armas para defenderse; incluso un buen sector, el más
desprotegido, no tiene más armas que su deseo de vivir, en realidad sobrevivir
a esta coyuntura extraordinaria.
La decisión de iniciar la cuarentena en el Perú el 16 de marzo, anunciada por
el propio Vizcarra horas antes, no tuvo nada de originalidad, menos de proeza
estratégica como pretenden hacer suponer algunos medios internacionales como la
BBC Mundo, Venezuela y Ecuador con distintos resultados comenzaron la
cuarentena ese día, en México se adelantaron las vacaciones escolares días
antes y en Colombia se suspendieron las clases el 14 de marzo en todos los
niveles, después tomarían medidas adicionales.
La pandemia no ha modificado la esencia de sus protagonistas, ni las posiciones
de clase, menos los sacrosantos intereses políticos y económicos de los dueños
del Perú. No tenía, no podía ser de otra manera. La historia de la lucha de
clases de la humanidad está llena de ejemplos al respecto.
Al contrario sectores políticos conjuntamente con grupos empresariales en el
Perú han aprovechado las circunstancias tan complicadas, el miedo y la
incertidumbre de la gente para alcanzar beneficios, algunos de ellos bajo
sospecha de corrupción. Recordamos el asombroso costo de mascarillas de 4.3
millones de soles y las denuncias de compras irregulares en varios hospitales
del ministerio de salud.
La gestión gubernamental del coronavirus ha significado un “olvido” de las
organizaciones sociales en este proceso, de tal manera que el comportamiento
oficial se desenvuelve como si las mismas no existieran, sin convocarlas, sin
consultarles, sin ni siquiera mencionarlas. Cero democracia.
El gobierno conformó un llamado comando para atender el Covid19 presidido por
una ex ministra de los regímenes de Toledo y Alán García, a su vez este designó
a dedo comandos regionales y varios de ellos encabezados por generales del
ejército. Los gobernadores del macro región sur del Perú (6) emitieron un
comunicado lamentando estos hechos, muy lejos de ser democráticos.
Se pretende hacernos ver a los militares como los salvadores de la crisis
sanitaria, hace unas horas se estableció el programa “Te cuido Perú” con la
finalidad de vigilar a infectados de coronavirus que permanecen en sus
viviendas y a las personas que habitan en ellas.¿ Quién dirige el Programa? el
Ministerio de defensa, el ministro del área acaba de informar que los
representantes de los otros sectores serán apoyo. Tenemos a militares
reemplazando a civiles y a un gobierno cediendo funciones.
Una perla adicional, ahora en el ámbito del trabajo, es el reciente Decreto de
Urgencia 038 en el cual se regula la suspensión
perfecta de labores, que significa se suspende la obligación del trabajador
de prestar servicios; asimismo la obligación del empleador del pago,
manteniendo el vínculo laboral. Por supuesto en el ordenamiento legal peruano
esta figura la activa sin mayor remedio el empleador. Hemos leído argumentos de
importantes funcionarios que debemos cuidar al trabajador pero que más
importante es el puesto de trabajo. Mezquindad, lógica neoliberal. Otra vez el
costo más alto de la crisis la pagan los trabajadores. Evidentemente esto no puede
ser democracia.
UNA VISIÓN, UN CAMINO
Es un mandato revolucionario transformar el mundo, el país. Es una tarea
ineludible forjar conciencia, superar las condiciones de estas circunstancias
críticas del coronavirus; afirmando una conciencia que entienda los problemas
de fondo, el punto cero, el camino del Nuevo Curso hacia el socialismo y por
consecuencia la organización a la altura de cumplir esta voluntad emancipadora,
asumiendo consecuentemente el legado del Amauta José Carlos Mariátegui.
Por: Eleazar Briceño
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