
Nada se ha dicho sobre la solución al tema Conga. Sectores como salud y educación han sido nuevamente postergados, el agro continuará en el abandono, la inseguridad ciudadana seguirá campeando y la corrupción desbordándose. Tampoco se ha anunciado mejoras sustantivas para los sectores laborales. La “inclusión social” de la que se hace gala en realidad es el más puro asistencialismo, una manera de pretender contener el descontento, política que, como en el caso del fujimorismo, tiene su complemento en el autoritarismo. En suma, una nueva frustración para quienes aún mantenían expectativas que en esta oportunidad Ollanta Humala iba a rectificar rumbos y volver a sus planteamientos primigenios.
El primer año del presente gobierno concluye en medio de un acelerado proceso de reordenamiento social y político, el desencanto de amplios sectores que apostaron por los cambios prometidos, el incremento de la conflictividad social, el autoritarismo como recurso para neutralizar las demandas populares y la cada vez mayor inestabilidad política que vive el país. En el futuro veremos la acentuación de estas tendencias que confirmarán la polarización entre cambio democrático y patriótico o continuismo neoliberal.
La opción de la izquierda y el progresismo, reales portadores de los cambios profundos que el país reclama, tiene en el presente una gran oportunidad para abrirse paso, por lo que se hace necesario acelerar el proceso unitario en marcha, desplegando toda la voluntad, consecuencia, capacidad de renovación para encarnar una nueva cultura política, vinculación con las masas, que son las condiciones y los retos a asumir para lograrlo. Convocamos a los más amplios sectores del país a marchar juntos levantando las banderas del cambio de modelo económico, nueva Constitución, nueva república, un gobierno democrático, patriótico, descentralista y de ancha base social.
Perú, 30 de julio de 2012
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