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sábado, 31 de agosto de 2024

GOBIERNO LANZA CANDIDATO

En la izquierda ya hay varias candidaturas, pero ninguna tiene base sindical organizada y galvanizada que tiene Lucio Castro. más de 350 mil maestros alineados como un puño.

El apaleo desmedido e injustificado que sufriera a manos de la policía, Lucio Castro Chipana, secretario general del Sutep, a propósito de los justificados reclamos que el gremio sindical está realizando por convenios incumplidos por este gobierno, lo lanza de lleno a la arena política.

Ya de por sí, Castro está registrado como parte del Partido de los Trabajadores y Emprendedores y busca, por ende, afianzar una opción política de izquierda para las elecciones del 2026. No ha tenido mejor lanzamiento que el que el gobierno, torpemente, le ha desplegado por la habitual conducta abusiva de las fuerzas represivas.

La historia política del país está plagada de hechos así, que luego escalan y se convierten en hitos fundacionales de líderes. Desde el manguerazo de Belaunde, el desplante de Alan García a Manuel Ulloa, el propio desempeño del radical y taimado Pedro Castillo en la huelga magisterial del 2017, sirvieron de catalizadores de la opinión pública.

En el caso particular de Lucio Castro, este gesto tiene un componente adicional. Sintoniza perfectamente con la irritación popular que este gobierno genera, que el statu quo produce, y que ya se expresa en diversas circunstancias por arrebatos de furia popular.

La educación y su mejora son un clamor ciudadano. Y el Sutep ha sabido ponerse del lado de la reforma magisterial. Sus reclamos tienen, por ello, una legitimidad mayor porque exige lo que la ciudadanía hace suyo: una mejor educación pública para todos los sectores populares.

En la izquierda ya hay varias candidaturas, pero ninguna tiene la base sindical organizada y galvanizada que tiene Lucio Castro. Más de 350 mil maestros alineados como un puño (se ha logrado derrotar al senderista sindicato de Castillo) son una fuerza política de arranque que permite avizorarle un futuro electoral promisorio.

Por: Juan Carlos Tafur

viernes, 8 de abril de 2022

PRESENTE Y FUTURO DE LA CRISIS

Los recientes acontecimientos revelan el agravamiento de la crisis política que vive el país. De este episodio el gobierno de Pedro Castillo sale sumamente debilitado y con escaso margen de maniobra; crece su aislamiento y ganan terreno las voces que reclaman su salida.

Hay que tomar en cuenta que Pedro Castillo apareció como la expresión del cambio profundo al que aspiraba el pueblo peruano. Su elección contó con el respaldo de toda la izquierda y el movimiento popular, asumiendo que el nuevo mandatario iba a tener el coraje de enfrentarse a los grupos de poder, combatir frontalmente a la corrupción, darle otro rumbo a la economía, pelearse por el cambio de la espuria Constitución fujimorista.

No ha sucedido así y los sectores populares, golpeados por la pandemia, el aislamiento, la pérdida de empleos y últimamente por el alza de los precios de los alimentos, han empezado a manifestar su frustración y descontento. Los conflictos sociales estallan en diversos lugares del país y el paro de transportistas ha actuado como un detonante que dispara la protesta en varias direcciones. Se trata de una lucha espontanea, fragmentada, sin una articulación de plataforma, ni una conducción que oriente y centralice las acciones.

Por su parte, la derecha golpista que no pudo lograr la vacancia de Castillo en el Parlamento, ha echado a andar una estrategia desestabilizadora apelando a la calle, montándose oportunistamente en las luchas populares, infiltrando las protestas con provocadores que generan caos y violencia, sacando a movilizar a sus contingentes de los distritos mesocráticos, contando, cómo no, con el soporte de la dictadura mediática a su servicio. Se trata de crear un ambiente de ingobernabilidad, de violencia y miedo, terreno favorable para sus objetivos sediciosos.

La incapacidad de Castillo para afrontar la crisis y resolver los conflictos sociales representa una clara ventaja para la derecha. El error mayúsculo de decretar la inamovilidad para el 5 de abril, fue hábilmente aprovechado por los sectores reaccionarios que obligaron a dar marcha atrás al gobierno, arrinconándolo y debilitando su autoridad.

Nada indica que el gobierno vaya a recuperarse, crece su aislamiento y el descontento popular seguirá manifestándose, en tanto que la derecha continuará implementando su estrategia sediciosa. Pero la derecha, verdadera responsable de la situación por la que pasa el país, tampoco garantiza una solución a la crisis. El Parlamento, igual que el Ejecutivo, concita un abrumador rechazo de la ciudadanía. Si cae Castillo, caerá también el Parlamento y lo más probable es que vayamos a elecciones generales.

Cualquiera que sea el camino que se establezca como salida a la presente crisis política, no significará solución en el corto plazo. La crisis es tan profunda que para resolverla se requieren medidas que ataquen las causas que la originan. Y las causas hay que buscarlas en el modelo neoliberal y la Constitución fujimorista que le da sustento.

Debemos prepararnos entonces para un periodo largo de la crisis, trabajar arduamente por la más amplia unidad de los sectores populares, ganar la correlación de fuerzas favorable a una nueva Constitución, pues solo de ese modo es posible cerrar el ciclo neoliberal y abrir un nuevo rumbo a nuestra patria.

¡Otro Perú es posible, Unidos podemos lograrlo!

Por: Manuel Guerra


domingo, 27 de marzo de 2022

MANIFIESTO UNITARIO DE LAS IZQUIERDAS PERUANAS

Reunidos y reunidas el 27 de marzo del 2022 en la ciudad de Lima, los partidos políticos, movimientos, colectivos ciudadanos, organizaciones sociales, ciudadanas y ciudadanos, hombres y mujeres de nuestro pueblo; reconociendo nuestra filiación de izquierda, el compromiso con los cambios profundos en nuestra patria y la imprescindible necesidad de la unidad, acordamos lo siguiente:

1.- Construir un proceso unitario, abierto, convocante, frentista  y democrático de las fuerzas de izquierda y representaciones sociales peruanas para enfrentar la crisis integral que vive el Perú, luchando junto al pueblo por darle una salida política y democrática, afirmando la construcción de una patria digna, justa, soberana, ambientalmente sostenible y libre de corrupción.  Este proceso unitario se hará en base a la acción política concreta, el respeto a las diferencias, tradiciones identitarias y visiones, con profundo espíritu autocrítico, buscando que los principales actores y protagonistas del cambio sean las organizaciones sociales, los trabajadores, las mujeres y los pueblos de nuestra patria.

2.- Afirmamos que la lucha y movilización de millones de peruanos y peruanas conquistó una victoria electoral en junio del 2021, llevando a la presidencia de la república al profesor Pedro Castillo. El voto popular expresó el cansancio y rechazo al modelo hegemónico de dominación en el Perú de los últimos 30 años, confluyendo diversas exigencias y esperanzas de cambios, repudiando la corrupción, exigiendo la solución a viejos problemas acumulados y proponiendo abrir un proceso constituyente que siente las bases políticas, legales e institucionales de un nuevo país. Esa misma fuerza democrática y popular que derrotó a las fuerzas de la derecha y los poderes fácticos, defendió los resultados electorales permitiendo que Pedro Castillo asuma la conducción del país.

3.- Constatamos que luego de 8 meses de gobierno, las promesas de cambio han sido dejadas de lado. En vez de un rumbo claro, tenemos una conducción errática e improvisada que gira hacia el conservadurismo y continuismo neoliberal. En vez de una gestión que se apoye en la movilización del pueblo organizado, tenemos un gobierno que confía en alianzas precarias con sectores de derecha entrampándose en una gobernabilidad frágil e inviable. En vez de un gobierno transparente, tenemos la reproducción nefasta de la corrupción y las prebendas que la ciudadanía repudia; en vez de cambios estructurales, lamentamos la continuidad de la misma política económica que hoy golpea al pueblo con el alza imparable del costo de vida. El problema del continuismo neoliberal es que hoy el gobierno está no solo indefenso frente a la ofensiva golpista de la derecha sino también frente a las consecuencias de la guerra europea que genera el aumento desmesurado de precios de materias primas como el petróleo, la urea, el maíz, el gas, etc. Por lo tanto, exigimos al gobierno un plan anticrisis para enfrentar las subidas de precios y posible desabastecimiento de varios productos e impedir que los grandes monopolios aumenten sus riquezas a costa del pueblo.

4.- Ratificamos nuestra voluntad de combatir a la derecha que, aprovechando la debilidad del gobierno de Pedro Castillo, desarrolla una permanente ofensiva golpista y antidemocrática para recuperar el sitial que no pudieron ganar con los votos, utilizando para ello su mayoría congresal desestabilizadora y el poder de los medios que desarrollan campañas de odio, mentiras y difamaciones. Es así como los dueños del poder económico buscan una derrota estratégica de la izquierda para retornar al gobierno e imponer un nuevo ciclo neoliberal autoritario, conservador y entreguista.

5.- Las fuerzas presentes en este primer Encuentro nos afirmamos en un camino independiente y nos disponemos a seguir luchando junto al pueblo recuperando las banderas del cambio. Tomamos distancia del continuismo neoliberal que ha heredado el gobierno de Pedro Castillo y sus aliados, y con la misma contundencia rechazamos toda forma de golpismo de la derecha neo-fascista.

6.- Expresamos nuestro compromiso con los diferentes movimientos y luchas reivindicativas,  avanzando de la fragmentación a la centralización, levantando un PROGRAMA MÍNIMO Y AGENDAS DE MOVILIZACIÓN, afirmando la defensa del trabajo digno contra políticas neoliberales que precarizan el empleo, congelan los salarios y eliminan derechos laborales;  hacemos nuestra la lucha de los pueblos originarios y afrodescendientes,  por la defensa del ambiente, los ecosistemas y los territorios ancestrales; nos comprometemos con las luchas de las mujeres, enfrentando el feminicidio, la exclusión, el patriarcalismo y las políticas autoritarias y conservadoras que niegan sus derechos; nos unimos a la defensa de los territorios y los derechos de los pueblos frente el abuso de las actividades extractivas, donde la batalla por el agua, la soberanía energética y defensa del agro es de importancia vital; nos movilizaremos junto a nuestros hermanos y hermanas del campo para reivindicar sus derechos a una vida digna; pelearemos junto a las mujeres combativas que luchan contra el hambre, por la soberanía alimentaria y el derecho al trabajo; rendimos homenaje a las víctimas de la terrible pandemia del covid 19 y seguiremos luchando contra sus efectos que afectan la vida del pueblo, movilizándonos por salud, trabajo y educación;  no cejaremos en el combate contra toda forma de corrupción, caiga quien caiga, enfrentándola  en las esferas pública y privada, como también a las economías  delincuenciales (tala ilegal, narcotráfico, minería ilegal, contrabando); repudiamos la resolución del Tribunal Constitucional que pretende indultar a Alberto Fujimori responsable de graves actos de corrupción y violación de derechos humanos; nos movilizaremos para conquistar gobiernos democráticos y honestos en las elecciones municipales y regionales de octubre del 2022 cerrando el paso a la corrupción, la mercantilización y el centralismo; nos comprometemos a impulsar la lucha por la Asamblea Constituyente, construyendo el poder popular mediante los Comités por la Nueva Constitución, para así poner fin a 30 años de neoliberalismo y refundar la patria. Expresamos nuestra solidaridad con las luchas antiimperialistas y anticolonialistas de los pueblos de América Latina y del mundo.

7.- Para cumplir las tareas que demanda la voluntad general de este Encuentro, decidimos constituir un Comité de Enlace y Coordinación que será abierto a la incorporación de las organizaciones políticas y sociales que deseen fortalecerlo y que tiene como tarea impulsar, desde las luchas de nuestro pueblo, este proceso unificador en los territorios, generando espacios de debate y reflexión colectiva. Nos comprometemos a reproducir nuestra primera iniciativa promoviendo el desarrollo de la gran unidad en las regiones y provincias, formando COMITÉS UNITARIOS DE LAS IZQUIERDAS, respetando las particularidades regionales, provinciales y distritales para forjar una gran estructura nacional.  En base a estas orientaciones convocaremos al II ENCUENTRO NACIONAL DE LAS IZQUIERDAS en función de consolidar este esfuerzo y dar cuenta de las tareas acordadas.

 Lima 27 de marzo del 2022.

sábado, 20 de noviembre de 2021

¿PORQUÉ EL CONGRESO DEBE APROBAR EL 6% DE PRESUPUESTO PARA EDUCACIÓN?

 

Durante la pandemia es tal la demanda de Internet que en muchas regiones los servidores colapsaron. O sencillamente no existía conexión. Y en el colmo las familias no tenían datos móviles por falta de presupuesto porque “si hay para internet, no hay para comida”

En un hogar con tres o cuatro hijos han tenido que compartir un computador o un teléfono celular para recibir sus clases en línea -los más afortunados-. Ha sido imposible tomar sus cursos al mismo tiempo y conectarse con sus profesores aparte de que se perdía la señal de Wi-Fi.

Miles de hogares más pobres y marginales no pueden conectarse a Internet y deben conformarse con atender las clases por televisión que muchas veces está ocupado en las telenovelas o los partidos de futbol. Desde luego que el aprendizaje en línea ha sido catastrófico. En un intento por mitigar la emergencia las escuelas y colegios se organizaron en grupos de WhatsApp para al menos recibir las tareas y que se mantuvieran los alumnos activos. Pero la pérdida total de tiempo y el aburrimiento de estar encerrados provocó que millones de niños, niñas y jóvenes desertaran de las clases en línea.

Por esto muchas cosas más, exigimos al congreso aprobación el 6% para educación.

Por: Alfredo Vásquez Acosta

 

viernes, 27 de agosto de 2021

CONSEGUIR EL VOTO DE CONFIANZA DEL CONGRESO Y NO PERDER LA CONFIANZA DE LOS SECTORES POPULARES

El mensaje del presidente del consejo de ministros ante el Congreso para pedir el voto de confianza a su gabinete y los resultados de la votación, expresan la actual correlación política de fuerzas, las presiones y negociaciones efectuadas de antemano.

Semanas previas asistimos a una sostenida ofensiva de la derecha: junto a movidas abiertamente sediciosas y golpistas, se acentuó la presión para que Pedro Castillo cambie a cuatro o cinco ministros, incluyendo al premier, antes de la presentación al Congreso. Lograron hacer retroceder al ejecutivo y traerse abajo al canciller Héctor Béjar, nombrando en su lugar a Oscar Maúrtua, personaje que, indudablemente seguirá una ruta distinta a la política exterior preconizada por su antecesor.

Mientras los sectores más ultras de la derecha anunciaban que de ningún modo iban a otorgarle la confianza al gabinete Bellido; los más liberales, con la caída de Béjar y con la promesa que en el mensaje no se mencione la Asamblea Constituyente, amén de otras concesiones, se dieron por satisfechos y anunciaron que otorgarían el voto de confianza.

De este modo, el mensaje del premier se ha movido en esos parámetros: por un lado, conciliador para obtener el voto de confianza de la mayoría parlamentaria; por otro, para no perder la confianza de los sectores populares, reivindicando las aspiraciones del Perú profundo, evidenciando las fracturas históricas al hablar en quechua y en aymara ante una mayoría parlamentaria incómoda, citando a Vallejo y Arguedas, enfatizando determinadas políticas sociales a favor de los más desprotegidos.

Es decir, en el fondo no se trata de un mensaje de ruptura, que proponga una visión de país distinta al modelo neoliberal y, como parte de ello, que apele al cambio constitucional. Se trata de un mensaje que responde a la coyuntura, de denuncia, de procurar cambios dentro de los marcos que lo permite el modelo y la correlación de fuerzas dominante.

El rumbo que seguirá el gobierno aún es incierto, en la medida que se trata de un gobierno en disputa. Sin duda alguna, la derecha, sin renunciar a sus planes golpistas, seguirá presionando para hacerlo cruzar el Rubicón neoliberal. Corresponde a los sectores populares accionar y presionar en sentido contrario, construir la correlación política, social y cultural a favor del cambio democrático y patriótico, el mismo que tiene en la lucha por una nueva Constitución su aspecto nodal. Las calles se convierten en el escenario principal de esta batalla.

¡Otro Perú es posible, Unidos podemos lograrlo!

Por: Manuel Guerra

sábado, 14 de agosto de 2021

Profesor Castillo, una semana en el Gobierno: del encanto de los símbolos a la dura realidad política

Conviene que el profesor y sus compañeros de gobierno vuelvan a oír con atención los consejos que le dio el sabio uruguayo José Mujica, ex guerrillero, -presidente de Uruguay, competente, limpio y honrado- que escuchó a su pueblo, lo representó con dignidad, se retiró a tiempo, convirtiéndose en un compañero venerable y ejemplar.

“Votaré por el sombrero”, dijo la señora Victoria Nicolaza Vargas, al final del primer debate televisado de los candidatos presidenciales. Ella es trabajadora del hogar en mi casa desde hace 21 años, migrante apurimeña quechua hablante, con buen dominio del castellano. Ella no había visto nunca ni había oído hablar del profesor. Ese fue para mí el punto de partida para entender la importancia del campesino profesor y su novedad política en Perú. El sombrero, su condición de sencillo profesor cajamarquino con un lenguaje sencillo, signos y maneras, que ella entendió perfectamente.

Después de los primeros resultados anunciando su victoria, en una conferencia a solicitud del Dr. Modesto Montoya, en su canal de Youtube, traté de entender su triunfo apelando a un nuevo encuentro de ficción entre los zorros de arriba y de abajo, de Huarochirí y de Arguedas, luego de haberse visto en Chimbote hace dos mil años después de Huarochirí, y después de los encuentros que el grupo teatral Yuyachkani, nuestros yuyas, y del diálogo en Villa el Salvador por el grupo de teatristas Arena y Esteras.

En el universo mítico de Huarochirí, corresponde a los zorros de arriba y de abajo, la tarea de proteger a los habitantes yungas en los valles de Lima y a los quechuas de las tierras tibias y pastores de las punas. Suben y bajan los zorros para saber cómo están. En Chimbote y Lima, los zorros fueron llamados para proteger a los migrantes de la voracidad de los empresarios pesqueros y su mundo de corrupción; de la violencia política, en particular de las fuerzas armadas sobre los migrantes ayacuchanos acusados de terroristas y, ahora, para favorecer y defender la victoria del profesor Castillo sobre la señora K.

En el análisis antropológico, el universo mítico mágico de los pueblos es parte de lo que llamamos realidad, palabra que representa el complejo mundo de las vidas cotidianas de ayer, de hoy y de mañana. En un país como el nuestro, la política y el universo mítico tienen espacios comunes, compartidos de manera diferente. En la orilla de las derechas, lo mítico-mágico y místico corre principalmente por cuenta del mito cristiano de la creación del mundo, de la vida y la especie humana, el valle de lágrimas y sufrimiento por tener que pagar el pecado original de tentación de la carne de Adán Eva, y la esperanza de encontrar la felicidad en el cielo. En la orilla del profesor y sobre todo de sus votantes andinos y amazónicos, cuentan; de un lado, parte de ese universo cristiano católico y los grupos protestantes y; de otro, la realidad llena de encantos en los Andes, la Amazonía y también en la Costa escondida, más allá de las grandes ciudades. El notable espectáculo de la juramentación llamada “simbólica” del presidente Castillo en la Pampa de la Quinua, es un ejemplo visible, audible y sensible de ese mundo mágico.

Uno, los símbolos como cara visible de la luna

El campesino profesor, tiene el color andino de la tierra, lleva siempre su sombrero chotano, su escuela está en medio del campo; el profesor y su familia trabajan la tierra, arando, cosechando, cuidando de las vacas, corderos, gallinas, cuyes; Lilia, su esposa es campesina profesora como él. En su campaña, están presentes la escuela, el lápiz, las primeras letras, el recuerdo del viejo mito contemporáneo de la escuela:

“Porque somos quechuas, porque hablamos nuestra lengua y vivimos de acuerdo a nuestras costumbres y no sabemos leer y escribir, vivimos en el mundo de la noche. No tenemos ojos y somos desvalidos como los ciegos. En cambio, quienes saben leer y escribir viven en el mundo del día, tienen ojos. No tiene sentido quedarse en el mundo de la noche porque debemos progresar para ser como los que van la escuela y tienen ojos. Yendo a la escuela abrimos los ojos, despertamos” (Mito recogido en los ayllus de Puquio en 1975, citado en el libro de R Montoya, Por una educación Bilingüe en el Perú, Cepes, Moscas Azul Editores, Lima, 1990, p. 94).

Su hablar simple y sencillo, plenamente entendible, es del castellano andino diferente al castellano estándar, más o menos común a todos los que lo hablamos y, lejos, de la llamada lengua culta, de escritores, de poetas. Quienes se sienten dueños de la cultura en singular se indignan cuando los migrantes confunden la e con la i y la o con la u, los llaman motosos, los desprecian y no quieren saber nada de las culturas en plural, que pertenecen a los pueblos, naciones, patrias y sangres en los Andes, la Amazonía, la Costa, en eso que se llama Lima metropolitana, más allá de la Lima de los señores, agrupada entre San Isidro, Surco y San Borja, lejos también de los cinturones de clases medias y populares de esa vieja Lima que comienza a ser parte del pasado. El profesor no es quechua ni aimara, es un campesino de Puña-Chugur-Tacabamba-Chota-Cajamarca, pero lo vimos identificado con los pueblos indígenas, los afrodescendientes, y acompañado de símbolos de esa búsqueda del Inca, que brotó desde Túpac Amaru I de 1572 y salió a la superficie con Santos Atahualpa en 1742, Túpac Amaru II 1781. Tito Flores Galindo llamó utopía andina a ese ideal andino basado en el Inca y la reciprocidad de la sociedad inca.

Dos, encanto de los símbolos, votos y esperanza

Los símbolos tienen la particularidad de condensar, sintetizar, reducir segmentos de la realidad, por ejemplo: en una bandera, una prenda de vestir, un verso, una canción. Por eso los símbolos encantan, parecen fragmentos de magia, fácilmente entendibles. Recuerden las frescas imágenes de esa preciosa ceremonia en la Pampa de la Quinua, su cielo azul, sus nubes viajeras, los danzantes reproduciendo la belleza del arco iris al compás de la música, de la melodía de las tijeras, y el frustrado esfuerzo de un joven pintor ayacuchano por entregar al profesor un retrato con la banda presidencial al viento, con gratitud y admiración. En política los símbolos encarnan esperanzas que se traducen en votos y en victorias; también en derrotas, es cierto.

Para ganar el voto popular en 1990, Alberto Fujimori se presentó como “el chinito igual que tú”, despertó simpatías porque el Perú está lleno de chinitos que muchas veces no tienen ni un cinco por ciento de chinos y menos de japoneses. Después, Alejando Toledo, en 2001, tenía un rostro más andino que Pedro Castillo, había nacido en Cabana Norte, contó el cuento bonito de haber sido lustrabotas, de ser en un error de la estadística porque hombres como él no llegan “a la universidad de Harvard”, y fue visto como un triunfador por haberse casado dos veces con la misma señora europea. Fujimori y Toledo ganaron, gobernaron, se sirvieron del pueblo para ganar las elecciones, olvidaron luego y se dedicaron a robar en dólares; más, el primero, porque mientras acumulaba una gran fortuna (de la que casi no se habla), dio órdenes para matar a centenares de peruanos y peruanas acusadas de terrorismo, sin decir una palabra sobre su terrorismo de estado. Vinieron después, Alan García Pérez, su gran fortuna y su suicidio minutos antes de ser llevado preso, por orden de un fiscal sin escapatoria alguna; siguió la serie con los señores Humala, Kuczynski y la señora K, Keiko Fujimori, cuyos juicios son inevitables. En dos palabras, una vergüenza para las derechas que se enriquecieron gracias a ellos y ella, y mil vergüenzas para el Perú entero.

 Tres, victoria frente a todas las derechas unidas.

Parecía imposible que un sencillo profesor ganase a la derecha confiada en su victoria en la primera vuelta con algunos de sus candidatos compitiendo con la Sra. K. Parecía inalcanzable aquel 20% su ventaja en la primera encuesta posterior. El miedo -viejo y nuevo de la clase política limeña conservadora y dueña del Perú- obligó a que todos sus segmentos se unan, apelando a todas las armas, mostrando a boca en cuello y pecho descubierto, todo su odio y sus racismos, dividendo al país en peruanos demócratas, ellos y ellas, sus nosotros restringido; y, no-peruanos, terroristas, senderistas, enemigos de la democracia, precisamente los que tienen el color de la tierra, ellos y ellas que son parte de un nosotros mucho más grande y rico. El sr. López Aliaga pidió que mataran al profesor y el sr. Jorge Montoya prometió que las fuerzas armadas saldrían a resolver el problema para salvar la democracia. Hace 200 años que se oye ese discurso y no tienen como salvarla. Como siempre, quedaron atrás todas las preciosas palabras sobre la unidad peruana para resolver el problema de la pandemia, desmentidas por la aparición de un candidato que la derecha no conocía y escapaba a su control.

Mintieron, calumniaron, compraron votos; los burgueses que no conocen la promesa republicana amenazaron a sus trabajadores con despedirlos si votaban por Pedro Castillo y, para probar que no lo harían, debían presentar una foto de su cédula tomada con un celular; como si tuvieran alas, de los archivos judiciales y policiales salieron viejas acusaciones de presuntos delitos aún no probados para enlodar a los aliados del profesor; no dijeron una palabra sobre el pedido de 30 años de cárcel que la fiscalía propuso para la señora K acusada de dirigir una banda para delinquir. Es una vergüenza monumental para el Perú y su incipiente democracia que una mujer con ese prontuario sea admitida en una elección. Frente a ella, el profesor Castillo tenía y tiene las manos limpias. Conviene tener presente que el médico Cerrón Rojas -secretario general el partido Perú libre, con una condena judicial, no fue candidato en las elecciones y fue reemplazado por el profesor Castillo.

Con el esfuerzo y el despliegue económico extraordinario, las derechas unidas creyeron que ganarían, apelaron a decenas de triquiñuelas abogadiles para anular los votos del profesor, pero perdieron, con una pequeña pero suficiente diferencia. De modo unánime, todas las delegaciones internacionales certificaron que las elecciones fueron limpias.

 Cuatro, desencanto con la otra cara de la luna.

En la primera semana de gobierno del presidente Castillo, comenzaron sucesivas olas de decepción; de un lado, la oposición de todos los segmentos de la derecha y; de otro, de parte de quienes votaron por el profesor. A los primeros les causó horror el color de la tierra de buena parte de los ministros, sus apellidos, el capítulo de guerrillero en la vida de Héctor Béjar (ministro de Relaciones exteriores) y el retiro de 24 horas de Pedro Francke y Aníbal Torres quienes se negaron a ser ministros, minutos antes de la juramentación. Con sus garras y colmillos, las y los periodistas voceros de primera línea de las derechas, que se consideran sabios y parecen convertidos en expertos fiscales y jueces, exigieron la renuncia del presidente, del primer ministro y de muchos ministros. Como estas derechas no tienen i hoy influencia alguna para sugerir y menos, para nombrar ministros, renuevan su odio de la segunda vuelta y no tienen rubor alguno en detestar a los ministros que no se parece en cara ni en apellidos a los ex ministros que ellos conocen bien, tutean y tratan de hermanitos.

Solo en la incipiente república y democracia peruana ocurre que cuando las derechas pierden, hacen valer su derecho de sugerir y atreverse a recomendar nombres, dictarles las medidas que deben tomar, no tocar la eterna constitución del 93 y su sagrado capítulo económico. Esta vez insisten con lo mismo, sin darse cuenta que Castillo no es como Alberto Fujimori, Alejandro Toledo, Alan García, Ollanta Humala, Martín Vizcarra o el tal Merino. No se defienden aún los ministros atacados como debieran, para denunciar los racismos que reaparecen contra ellos, más allá de sus cuentas por pagar, ciertas o no, y de su competencia para asumir los cargos recibidos. Una semana después, ya se afirma y repite que “el sr Cerrón vacó en el cargo al presidente Castillo”. Si fuera cierta esta predicción, debería esperarse el final del flamante gobierno en muy corto tiempo. En el Congreso se preparan interpelaciones puntuales con el horizonte de dar un zarpazo final en el momento adecuado. Allí, las fuerzas de Castillo son minoritarias. Si todo esto ocurriera, vaya final sin gloria alguna de la celebración del Bicentenario, que parece haber quedado en un rincón, rumbo al olvido.

Cinco, Lo nuevo viene con lo viejo: sorpresa, improvisación, primeros errores (grande y pequeños).

Aprendimos de la historia que lo nuevo nunca viene puro; está siempre cargado, envuelto y escondido por lo viejo. En el examen que intento hacer de la realidad llena de misterio, con información insuficiente y cambiante, no dejo de tomar en cuenta dos hechos como punto de partida: la sorpresa y la inevitable improvisación. De ahí parten los grandes y pequeños errores, corregibles o no.

Ha sido ya compartida una información importante: el partido Perú libre se presentó a las elecciones con el candidato profesor, con la esperanza de ganar unas cinco o seis curules en el Congreso para asegurar una presencia política nacional del partido regional-huancaíno y no limeño. Fue doble la sorpresa: el profesor Castillo pasó a la segunda vuelta y ganó el derecho de disputar la presidencia de la república; el partido obtuvo 37 curules. En los meses siguientes, los líderes consagraron todo su tiempo y fuerzas a ganar la segunda vuelta. ¿Tuvieron tiempo de pensar en la política a seguir si ganaban? Los planes formales presentados al organismo electoral eran insuficientes para responder a los problemas concretos del país. No tuvieron tiempo de formar equipos para ponerse de acuerdo sobre la política a seguir después de la victoria en cada uno de los ministerios como parte de un proyecto global de gobierno.

Fue inevitable la improvisación para encontrar “con el tiempo encima” a las personas que podrían ocupar los cargos mayores. Entre las grietas de la información conocida y los hechos sueltos que van apareciendo, presté especial importancia a una organización que parece creada recientemente y en los rostros, profesiones y apellidos de parte significativa de los ministros escogidos. No conocía que existiese una Organización Nacional de profesionales del Perú, o algo así. Con su banderola, llegó un grupo de sus miembros hasta la casa ocupada por el Profesor en Breña (no en Miraflores o San Isidro como casi siempre). Exigían puestos de dirección para los profesionales de provincias. Volvió a aparecer la liebre provinciana: la limeñitud en el banquillo de acusados, ¡basta de jefes limeños!”. En otras palabras, que los ministros sean como tú, profesor Castillo, “como nosotros, que tenemos el color de la tierra”. Si esta habría sido la línea a seguir, no es atrevido suponer que la competencia y calificación para los puestos no haya sido una exigencia de primer orden; Habría bastado y bastaría un título universitario, haber trabajado por la victoria, ser amig@s del Profesor Castillo del Dr. Cerrón, un poco de suerte y un apoyo rogado a una virgencita o a uno de nuestros Apus, que en Los Andes son much@s.

En los últimos días el gobierno ha cometido muchos errores: perdió presencia en la Mesa directiva del Congreso dejando libre el camino para que las derechas organicen la oposición dura, ya visible; no tuvo cuidado alguno en escoger ministros con rostros de la tierra y títulos profesionales, sin la calificación y competencia debida para los cargos, sin averiguar sus antecedentes para evitar las embestidas fáciles de las derechas; sus marchas y contramarchas con fechas, horas y ministros que abandonan la sala sin juramentar y lo hacen 24 horas después; su decisión de volver a una peligrosa especie de servicio militar obligatorio de los jóvenes sin trabajo y sin estudios técnicos ni universitarios; su decisión de reconocer una nueva federación de profesores con el abierto propósito de dividir al Sindicato Único de Trabajadores de la Educación Peruana, SUTEP, (El gobierno de Velasco intentó lo mismo y fracasó), lo política y sindicalmente ético es ganar limpiamente la dirección del SUTEP y no dividirlo.

Con la juramentación sorpresiva de Pedro Francke como ministro de economía, las derechas recobran algo de calma, pero ese nombramiento -que representa un paso adelante- no será suficiente.

Seis, desafíos: no defraudar las promesas que le dieron la victoria, corregir a tiempo los errores, y no permitir la naciente esperanza se diluya antes de dar frutos.

No defraudar a quienes le dieron la victoria, es el desafío mayor. Sería fatal que el gobierno mire solo hacia adelante y no vuelva los ojos sobre las consecuencias de las promesas frustradas en el pequeño tiempo de los últimos treinta años: el Apra desapareció en el horizonte, por responsabilidad de Haya de La Torre y Alan García, su discípulo preferido, Fujimori está preso, a Toledo y a su esposa les espera una prisión muy larga, ese sería también el camino de Ollanta Humala y Kuszinski. Si se ve en el espejo de estos antecesores, el presidente Castillo está obligado a ser fiel con sus promesas. Ya el pueblo mostró que su voto va por donde el viento de las promesas lo lleva y no es leal a partido o movimiento alguno. Para ser leal con su “palabra de maestro”, tendrá que cumplir algunas de sus promesas fundamentales. La Constituyente y una nueva constitución no tiene el camino fácil: en los casos de Bolivia y Ecuador, las constituciones fueron el fruto de coaliciones políticas previas, logradas en elecciones y en asambleas constituyentes con amplias mayorías a favor. Este es también la constituyente chilena en, hoy pleno trabajo. No es el caso de Perú; aquí, el gobierno como tal, no tiene la mayoría de una coalición que lo defienda; es posible el camino de la calle, pero es demasiado temprano para eso….

En su camino, el gobierno irá descubriendo cuántas de sus promesas son posibles o no, y tendrá que aprender “a corregir a tiempo los errores” como aconseja la sabiduría popular. Para eso conviene que el profesor y sus compañeros de gobierno vuelvan a oír con atención los consejos que le dio el sabio uruguayo José Mujica, ex guerrillero, -presidente de Uruguay, competente, limpio y honrado- que escuchó a su pueblo, lo representó con dignidad, se retiró a tiempo, convirtiéndose en un compañero venerable y ejemplar.

“Te pido por favor, yo sé que la lucha electoral es dura, pero no dejes que en tu corazón se acumule el rencor… cuando salgas de esto tendrás muchas canas… el odio lo único que hace es hacernos perder libertad, sobre todo hipotecar la esperanza... es muy fácil perder [la confianza]…

Juégale limpio a tu pueblo, no lo engañes y cuando las fuerzas no te dan porque no tienes los recursos, diles la verdad… no es fácil torcer el curso de la realidad a favor de los más débiles”. (José Mujica y Pedro Castillos, Encuentro de maestros, 3 Mayo 2021, Youtube).

Si el presidente Castillo va por ese camino, es posible que la llama de esperanza que encendió en medio del páramo de la política peruana, de derecha y también de izquierda, se mantenga e ilumine el camino a seguir. De lado de la esperanza, están toda la parte andina, amazónica y en parte de la Lima metropolitana que le dieron la victoria; también los cristianos que no han olvidado la Teología de la Liberación del padre Gustavo Gutiérrez; seguramente, otros intelectuales como yo, que sin perder su pensamiento crítico estamos en la orilla contraria de todas las derechas y en favor de los movimientos de izquierda que parten de las bases.

Hay en el territorio de la esperanza un ejemplo preciso: el discurso de Héctor Béjar al tomar el cargo de ministro de Relaciones exteriores. El ex guerrillero- nunca terrorista, ha ofrecido una lección de lo que es una visión política de la situación internacional a partir de la profunda desigualdad peruana. Se trata de una propuesta para cambiar el rumbo de las relaciones exteriores del Perú. Los medios de comunicación, operadores de las derechas y afines, no dijeron nada sobre su discurso, tampoco los escondidos ideólogos de las derechas; solo pidieron su cabeza para que lo echen de ese Ministerio por haber sido guerrillero hace 56 años, olvidando sus años de cárcel en El frontón, su apoyo al gobierno militar del general Velasco Alvarado, su trabajo profesional, sus estudios y su doctorado en San Marcos, su condición de hombre de izquierda. Ojalá salieran los ex embajadores a polemizar con él; con ideas, sin insultos y sin pedir también su cabeza, por citar parte de un hermoso poema de Javier Heraud:

Porque mi patria es hermosa

Como una espada en el aire

Y más grande ahora

Y más hermosa todavía

Yo la amo y la defiendo con la vida.

Por Dr. Rodrigo Montoya Rojas.

 

jueves, 8 de abril de 2021

LA LUCHA NO ES FÁCIL, PERO VENCEREMOS


Nunca antes la derecha peruana estuvo tan expuesta, tan vulnerable. En medio de la pandemia, de la crisis del modelo, de la gigantesca corrupción que la envuelve, sus cartas electorales en el actual proceso son crudas expresiones de la absoluta decadencia.

Pero esta derecha, responsable del atraso del país y de las penurias de la población, necesita defender y mantener sus privilegios. Su pesadilla es que tiene al frente a Verónika Mendoza, candidata de una coalición de la izquierda y el progresismo, abanderada del cambio verdadero, que viene concitando masivas adhesiones a lo largo y ancho del país, con claras posibilidades de ser gobierno.

Ni la derecha peruana, ni el imperio del Norte toleran esto. Dejando a un lado su careta democrática intentaron el golpe parlamentario encabezado por Manuel Merino; como no les funcionó se han dedicado a hacer uso y abuso de los medios de comunicación bajo su control, de la manipulación a través de las encuestadoras, del intenso trabajo de redes para difundir mentiras, ataques arteros, calumnias, meter miedo.

No ha sido suficiente. Día a día Verónika viene creciendo y amenaza con tener la primera votación, en tanto que los candidatos de la derecha se desinflan unos y otros se sostienen con la levadura insuflada por los grandes grupos de poder.

Entonces echan mano de Pedro Castillo para bajarle la llanta a la candidata de JP. De la noche a la mañana este sujeto aparece en todos los medios de comunicación, los opinólogos neoliberales construyen una imagen a medida de sus necesidades, las encuestadoras le hacen dar un salto de garrocha, ubicándolo nada menos que en segundo lugar, mientras a Verónica la hacen descender al quinto o sexto.

Grandes intereses están en juego y debemos tener claro que la derecha va a usar todos los medios para salirse con la suya. Para ella la amenaza nunca ha sido el candidato de Perú Libre; la amenaza real proviene de JP y Verónika Mendoza.

No podemos competir con los ingentes recursos económicos de la derecha, ni con los grandes medios de comunicación, ni con el concurso de encuestadoras a gusto del cliente. Nuestra fuerza está en nuestro activismo enraizado en la población, en la capacidad de ligarnos a la gente y ganar su mente y su corazón. No permitamos que las falsas noticias y los operativos psicológicos nos amilanen. Hay que seguir librando la batalla con energía, convicción y entusiasmo hasta el último momento. El destino del Perú y de su gente es lo que está en juego.

¡Venceremos!

Por Manuel Guerra