En un hogar con tres o cuatro hijos han tenido que
compartir un computador o un teléfono celular para recibir sus clases en línea
-los más afortunados-. Ha sido imposible tomar sus cursos al mismo tiempo y
conectarse con sus profesores aparte de que se perdía la señal de Wi-Fi.
Miles de hogares más pobres y marginales no pueden
conectarse a Internet y deben conformarse con atender las clases por televisión
que muchas veces está ocupado en las telenovelas o los partidos de futbol.
Desde luego que el aprendizaje en línea ha sido catastrófico. En un intento por
mitigar la emergencia las escuelas y colegios se organizaron en grupos de
WhatsApp para al menos recibir las tareas y que se mantuvieran los alumnos
activos. Pero la pérdida total de tiempo y el aburrimiento de estar encerrados
provocó que millones de niños, niñas y jóvenes desertaran de las clases en
línea.
Por esto muchas cosas más, exigimos al congreso aprobación el
6% para educación.
Por: Alfredo Vásquez Acosta